Sin quereros estropear el contenido, para él la primera es... ¡oh sorpresa!, correr, porque te enseña a no abandonar cuando las cosas se ponen duras. Os lo recomiendo (en inglés, sorry).
http://www.youtube.com/watch?v=KEMEBBwO6J8&feature=related
Fuera de coñas, aunque este señor no sea la alegría de la huerta, para mí es uno de los mayores pensadores del siglo pasado, que describe perfectamente la angustia que provoca al ser humano el hecho de existir.
Y es que desde uno o dos días antes de la Gran Nevada hemos estado más de una semana encontrando un cartel diferente en las duchas de la Chopera, algo como “La temperatura del agua varía” “No hay agua caliente” “Volverá a lo largo de la mañana” “Se ha roto un motor de la bomba” “El agua está muy caliente” “El agua está templada”. Dicho sin ánimo de ofender al que los ha puesto, me agrada el deseo de informar pero me divierte la variación del contenido.
El tema no es baladí, porque los días bajo cero en superficie el agua del sótano de la Chopera no tendría muchos grados más. Y pasar de pisar nieve a soportar agua fría era para pensárselo: cada día, un dilema. Veías gente que leía el cartel y se marchaba. Otros dudaban, conferenciaban, protestaban por las instalaciones o por su propia debilidad, o bromeaban. Esos días la secta de Los Habituales estábamos prácticamente solos.
Y aquí es donde yo me acordaba del filósofo de los ojos saltones: decidir produce angustia. ¿Correr o no correr? Dat is de cuestion. Y la solución, no pensar, ¿por qué sufrir anticipando el esfuerzo y las molestias que seguramente pasarás corriendo?. Se corre y punto. Uno se pone las zapatillas y sale a la calle, da lo mismo que llueva, nieve, o luego no haya agua a la temperatura perfecta. No tiene que apetecer, se va. No ha habido ni un único día que me haya arrepentido de hacerlo, que no haya habido un detalle agradable, una sensación, una imagen, una conversación...
Pero ya me habría gustado ver al Sartre en pelotas en la ducha, intentando aguantar más de unos segundos seguidos para aclararse el jabón. Si echó napias para despreciar un Nóbel, a lo mejor no rechazaba una ducha de agua fría, pero si Sartre hubiera sido corredor, ¿a qué las endorfinas habrían anulado los geniales tormentos del existencialismo?
Concurso a mis lectores: mandad un comentario con tu frase de filósofo-runner favorita. El premio es la satisfacción de escribir en el blog de moda.
Corro luego existo
El correr y la nada
El correr justifica los medios
…
Frío en la calle y frío en el parque, varios bajo cero por la mañana y pocos más al mediodía. Quién le iba a decir al pobre Martínez Campos, que con lo que pasó en Africa y Cuba, iba a pasarse la eternidad sobre un estanque congelado. Y por si la vuelta al cole fuese poco dura, un cartel en la Chopera: "Machos Only", que en español significa "No hay agua caliente". Ni un segundo de duda, aquí se puede perder la forma pero no la compostura, y palante.
Poco a poco, se reunen todos los parroquianos, han acudido a la inauguración desde los machos alfa que llegan al olor de la sangre de la calidad de cada jueves hasta los curiosos férricos, juntándonos un grupo numeroso de una docena. ¿Y hoy qué toca? Oregones. Pufff, yo que quería un rodaje de charleta... ha habido lo justo para calentar, intercambiar los tiempos de las últimas carreras y preguntar por vacaciones (los entrenos, claro) y lesiones.
Otro día explico con detalle en qué consiste el Oregon. Resumiendo es un ejercicio en parado (rodillas al pecho, fondos, saltos...) seguido de una carrera de 100 metros, y una serie fuerte más larga al final. Después de las sentadillas las sonrisas y las ganas de charla desaparecen, y no te cuento después del 600, que era lo que tocaba hoy. Vamos a por el segundo. Este duele un poco más, demasiado turrón y salidas nocturnas estas navidades. Pronto llega el segundo 600, puf, ni de coña mejoro el anterior, hay que ver lo que se puede perder en una semana... pero ya está.
De vuelta al vestuario, ducha de agua fría (literal, no metafórica, que no ha sido para tanto), y para el curro, a ganar el dinero para zapatillas.
Y ésta fue la crónica del Retiro, donde los hombres son fuertes y hoy, por encima de la media.
Este post es un rollo, salvo que te interese conocer las estadísticas de mis entrenamientos (cada día que entreno apunto en excel lo que hago, una obsesión más de corredor).
En 2008 he corrido 2.712 kilómetros en un promedio semanal de 52 k's. Eso me ha llevado 12.668 minutos, lo que vienen a ser 211 horas o casi 9 días completos. De éstos un 20% ha consistido en sesiones de calidad (así a lo bruto, por debajo de 4 min/km). El tiempo medio por kilómetro ha sido de 4:40, que no está mal como ritmo de rodaje.
Este año he participado en 12 carreras, una por mes de media, pero concentradas en el último trimestre del año. La más larga ha sido una media y la más corta un 7 mil. Desde la primera en abril hasta Canillejas en noviembre he superado todos mis tiempos en todas las distancias. Mi objetivo para el año era bajar de 40 minutos en 10.000, superado ampliamente, y mejorar el tiempo de la media de Valladolid del año pasado, conseguido. También he logrado mis mejores tiempos en distancias cortas (p.e. 3:15 en un kilómetro).
En resumen, un buen año, he conseguido objetivos, no me he lesionado, he subido otro peldaño en calidad de entrenamiento y he aprendido mucho.
Conservo los dorsales en un archivador y aquí voy a guardar los tiempos: