domingo, 26 de abril de 2009

Querido diario:

Hoy corrí mi tercera maratón. No ha salido como planeaba, por mis tiempos en las dos medias preparatorias y mis entrenamientos mi objetivo era bajar de 3 horas, pero no lo he conseguido por 4 minutos. Aunque me satisface haber terminado otra maratón, me fastidia no haber podido y haberme equivocado, no sé si en la estrategia de la carrera o la planificación del entrenamiento. Quizás es tan sencillo como que no estoy maduro para conseguirlo aún.

Ha sido una carrera dura, aunque no me apetece escribir sobre ella ahora, después de unos magníficos primeros 26 kilómetros he ido a menos, pese al esfuerzo de Vicente en tirar de mí los diez últimos kilómetros como un buey de un arado atascado. No me gusta consolarme pensando que he bajado 32 minutos respecto a la edición que corrí en 2007, ni 7 respecto a la suave maratón de Donostia, ni que han llovido los primeros 10 kilómetros ni las cuestas que ya sabía que iba a encontrarme. Consolarse es de imbéciles. También compadecerse, no lleva a ningún sitio.

Seguiré reflexionando, ahora mismo estoy casi convencido de que mi apuesta de calidad sobre cantidad no me ha funcionado. Reconsideraré las tiradas de 30 kilómetros, que tanto he desdeñado en esta preparación, y volveré al ataque. ¿Donosti 2009? Como decían los alemanes en el frente ruso, una vez roto, hay que retirarse para pelear otro día. Esta semana, a lamer las heridas, cuelgo las zapatillas hasta el jueves.

jueves, 23 de abril de 2009

Día de la Tierra

Esta semana fue el día de la Tierra. ¿Os he dicho que soy socio de Greenpeace? Me he sentido orgulloso al ver este video. Tomáos 3 minutos.

http://www.youtube.com/watch?v=zVu9eawb1QY&feature=player_embedded

miércoles, 22 de abril de 2009

Consejos para corredores novatos: debutantes en maratón

No es que yo sea un super experto en la materia, pero me gustaría dedicar algunas líneas para dar algunos consejos a novicios para el día de la carrera. Muchos los he escarmentado en cabeza propia y otros en ajena, todos son aplicables para todos los niveles y distancias, pero en os 42 y pico hay que cuidarlos más.

- la semana antes, en especial a partir del miércoles, y la víspera se suele tomar pasta para recargar glucógeno. Seguramente en unos años salga una nueva teoría que afirme lo contrario, pero hoy es lo que se hace. Tampoco es conveniente agarrarse un ciclón en los días previos, ni apretarse un chuletón o un cocido, más que nada porque te deshidrata, te puede provocar una digestión pesada o gases. Es importante beber mucha agua para estar perfectamente hidratado.

- no se debe desayunar huevos con chorizo ni otras viandas de labrador a las que uno no esté acostumbrado. Desayuna igual que todos los días, como mucho un poco más, nada pesado. Yo tomo el mismo colacao con doble ración de galletas (si puedo, porque suelo estar nervioso). Si no desayunas deberías levantarte antes y hacerlo. Lo normal es que cuando empiece la carrera un desayuno ligero esté ya digerido. Hay quien recomienda un café o un té antes, pero si no es lo habitual mejor no lo tomes, puedes hacerte pipí o darte ardores. La carga de glucógeno ya la has hecho antes.

- la vaselina salva vidas, y puede usarse sin tener que pecar: úntate los pies, entre los dedos, en las axilas, en los pezones, en la entrepierna, en los genitales y donde pienses que puedas tener el mínimo roce. No imaginas los sitios por donde puede llegar a salir sangre, lo doloroso que puede ser y lo fácil que es evitarlo.

- nunca estrenes nada el día de la carrera, ni ropa, ni zapatillas. Me da escalofríos ver a la gente con la camiseta de la carrera que les dieron en la feria del corredor. Tampoco pruebes cosas nuevas (bebidas, geles). Puedes terminar con unas buenas rozaduras, dolor de estómago o en lo peor pausas técnicas no deseadas.

- en carrera hay que beber, proporcionalmente a la distancia y al calor, o lo que es lo mismo a la sudoración de cada uno. Tampoco hace falta apiporrarse, lo justo, y con anticipación a tener sed. En largas distancias y varias horas (casi todos nosotros) es recomendable comer algo en carrera. Ojo si no sabes beber corriendo de la botella o el vaso, si no te quieres atragantar o parar te recomiendo llevar un tapón de los que tienen chupete, o una pajita. En todo caso, si la marca no es primordial siempre puedes detenerte un momento y beber.

- todo lo que se ingiera debe haberse probado con anticipación para ver cómo cae. Lo más cómodo son los geles, son más fáciles de tragar. Es conveniente que tengan sodio, potasio e hidratos de asimilación más lenta que la glucosa. Yo tomo alguno a partir del 20, según me encuentre. Si tienen cafeína ayudan a despabilar un poco, aunque según la tolerancia a ésta de cada uno. Yo no soy capaz de beber bebidas isotónicas, te las dan en vaso y no sé beber.

- salvo que sea necesario, no te abrigues mucho: corres más riesgo de rozaduras, y por encima de los 10-12 grados entrada la carrera va a sobrarte toda la ropa. Si no has usado gorra habitualmente, no empieces ahora. Ojo con remojarte la cabeza, cuello, etc., si es con una esponja estupendo, si es a chorro puedes sentir frío, aún en días con calor.

- hay que ser prudente y pasarse de conservador antes que de osado. Lo recomendable es ir de menos a más, corriendo más rápida la segunda media maratón que la primera, tomando los primeros 10-15 kms con más calma. El maratón empieza en el km 30.

- el muro no existe: es una combinación de falta de entrenamiento y ritmo excesivo.

- disfruta. El maratón es una experiencia cuasimística: las cosas, imágenes y sensaciones que excitan tus sentidos y se te pasan por la cabeza son dignas de experimentar.

martes, 21 de abril de 2009

Más miedo que vergüenza

El entrenamiento de esta semana semivacacional antes de la cita con la distancia se limita a unos poquitos rodajes suaves y cortos, y calidad hoy: un mil, un tres mil y otro mil, separados por 3 minutos y ejecutados a un contenido 3:45. No me preguntéis por qué, quería hacer algo fuerte pero no mucho, y así ha salido. La calidad del jueves consistirá en recoger el dorsal en la feria del corredor. Ya está todo hecho, en las piernas.

Pero lo que no recordaba eran todas las emociones que experimenta un maratoniano con pocas muescas en el pulsómetro, muchas, cambiantes, opuestas y extremas. Euforia, duda, euforia, duda, euforia, duda... ¿he dicho euforia? umm... ¡qué duda! Se nota el mismo estado en otros corredores, nuestras mentes bullen intentando visualizar la carrera, hablamos de planes, experiencias pasadas, propias o prestadas, de tiempos, de kilómetros duros, nos deseamos suerte, ánimo... con una mezcla de excitación e inocencia que provoca la sonrisa de los que no están afectados por este virus. Y eso corredores, supongo que para un sedentario pudiera ser como la tercera dimensión para un triángulo.

Y en el trasfondo, miedo... miedo al dolor, a fallar, a sufrir, a lo desconocido de las profundidades del kilómetro 30 y pico... puf, si hubiera alguien capaz de empatizar con una embarazada podría ser un maratoniano en vísperas de su carrera.

domingo, 19 de abril de 2009

¿Qué me pasa Doctor?

Que alguno de los más veteranos y avezados maratonianos me explique, ¿cómo es posible que a falta de una semana para intentar correr 42 kms a 4'15, me cueste tanto hacer 10 a 4'40? ¿Se está reservando mi cuerpo para lo que se le avecina? ¿El miedo me bloquea? Finalmente, este fin de semana, con una temperatura perfecta para trotar, no he corrido más de 20 kms en total, con malas sensaciones, sin ganas, sin cambio... ¿Esto es normal, o voy a dar La Gran Petada? Que alguien me conteste, por favor...

viernes, 17 de abril de 2009

TOP SECRET: Estrategia para el día D, Mapoma 2009

Los hombres prehistóricos cazaban grandes animales que les superaban en todo, y lo conseguían con inteligencia y planes. Mi bestia está ahí, cuento con que la conozco y no se defiende, pero mis recursos (preparación, experiencia, aptitud…) son limitados, por lo que debo optimizarlos hasta el extremo, empleando otras armas como la planificación y la motivación. Voy a desvelar mi estrategia para la carrera, sencilla para que sea fácil de recordar cuando la sangre me falte del cerebro y la fuerza de las piernas.

Basándome en un estudio más o menos concienzudo del perfil de la carrera facilitado por la organización, puedo afirmar que aproximadamente 18 kilómetros de la maratón de Madrid son cuestas, 20 bajadas y 4 llanuras. Lo que parece una carrera equilibrada y asequible no es tal, porque las subidas se concentran en la segunda mitad de la carrera, pertinazmente al final, cuando acecha el hombre del mazo y demás monstruos de la maratón. No hablemos del calor ni de otras inclemencias, porque mandé mis naves a luchar contra los ingleses y no contra los elementos.

Basándome en mi experiencia en los toboganes de la Ciudad Universitaria y la Media de Madrid, compruebo que proporcionalmente siempre bajo más rápido que subo. Para explotar esta ventaja, he dividido la carrera en tramos, asignando una serie de ritmos con el fin de apurar la media de 4’15 min/km que permite bajar de 3 horas:

Observando que después de la subida a Castellana (en concreto hasta el km. 6) es prácticamente bajada hasta el 26 (baja 14/sube 1/baja 3/llanea 2), he calculado que es factible completarlos a un ritmo de media de 4:12, que coloca el paso por la media maratón en 1:28. Para ello se requiere una subida hasta Plaza de Castilla a un asequible 4:15 y tensar las bajadas a 4:11. Aquí puede ser un buen momento para tomar el gel.

COROLARIO 1: “Hasta el kilómetro 26, las cuestas se suben a 4’15 y se bajan a 4'11”

Del 26 al 35 hay un poco de todo, una subida de 4 kms (cuesta mortífera al llegar al 30), y luego una bajada de 3 y un llano de 2 (al menos no son subidas). Las rentas de la primera mitad me permiten relajar el ritmo en el peor de los casos hasta 5 segundos por kilómetro, sin que la media de la carrera se marche más allá de los 4’14.

COROLARIO 2: “Desde el kilómetro 26 al 35, las cuestas se suben a 4’20 y se bajan a 4’17”

Al perro flaco van todas las pulgas, y cuando uno está más cansado, a partir del 35 empieza una larga subida hacia la puerta de O’Donnell del Retiro. Me resulta curioso que este general liberal que conspiró contra Espartero, tenga la estatua de su enemigo tan cerca de su calle. Para este tramo he calculado que puedo ralentizar mi ritmo otros 5 segundos más y no perjudicar la media de la carrera. Cuento además con un arma secreta: casi un kilómetro de bajada desde la puerta del Retiro hasta la meta en el árbol de Beni, el escenario de nuestras series, es como jugar en casa. Espero apretar los dientes y pasar con honra ante la familia y público que anima en ese tramo, y levantar la media. Total segunda media maratón, 1:31 y pico.

COROLARIO 3: “Desde el kilómetro 35, las cuestas se suben a 4’25” (graciosa rima, que puede continuarse).

COROLARIO 4: “Desde la puerta del Retiro, recuerda Balaclava y la carga de la brigada ligera por el Valle de la Muerte”

El papel lo aguanta todo y todo esto son números, y hay que ponerlos en las piernas. Pero si lo anterior se cumple, el objetivo se alcanza.

Estoy convencido que en esta llegada a meta sí voy a emocionarme. Si os topáis con un llorica en torno a las 3 horas (por arriba o por abajo), puedo ser yo.

Aterrizaje suave, a dos semanas del maratón

¡Qué poco queda para el 26! Casi está a punto de terminar otra semana y con ella los últimos días de calidad previos al día D. Una vez hechos los deberes, resta sacar el temple y pensar las cosas con la cabeza y no con las piernas. Por eso no voy a hablar en esta entrada de sentimientos ni sensaciones, sino de mi plan.

Primera semana de bajada, pero aún con algo de entrenamiento, en la que he optado por reducir un poco la calidad y mucho más la cantidad, ya que he leído que el volumen es el factor que acumula más cansancio en las piernas, que deben recuperarse de cara al maratoniano esfuerzo.

Por eso, esta semana ha consistido en unas series de cinco miles y un dos mil el martes (a 3’46 de media), siete cambios de ritmo el miércoles (un 500 rápido a 4’11, uno lento a 4’40) y un 8 mil a 4’15 el jueves. Don Erre que Erre machacando los ritmos medios, que van a ser mi plato principal en el Mapoma.

En lo que a distancia respecta, planifico un máximo de 65 kms, que es una reducción del 30% sobre la semana pasada. Y eso porque quiero hacer el sábado un máximo de 20 kilómetros, más que nada para despabilar mis nuevas Asics Nimbus 10 que estrené esta semana y tienen la responsabilidad de llevarme a meta el día del maratón. Como ya comenté, el anterior caballo elegido para la gesta reventó en la Siberia.

Y la semana que viene, aún menos kilómetros y solamente algo intenso el martes, y el resto, a zampar pasta y beber agua. ¡Qué dura la preparación del maratón…!

martes, 14 de abril de 2009

Saturno devora a sus hijos

Magnífico este cuadro de la serie negra de Goya, espeluznante metáfora de nuestra fugacidad. Sin pretender comentarios existencialistas, parecía que nunca llegaría el 26 de abril, y ya empieza la cuenta atrás hacia el evento. Restan como mucho 10 días de entrenamiento, que conscientemente deben consistir en una lenta bajada en intensidad y duración. Han sido meses de esforzada aunque tranquila preparación, y ahora de sopetón saltan las inquietudes, las dudas, los temores. ¿Habré acertado con el plan? ¿Estoy preparado? ¿Me queda algo por hacer aún? ¿Me va a doler?

Nunca creí en estudiar los últimos días, ni hojear apuntes apresuradamente, y no voy a empezar ahora. Me comentaba al mediodía un habitual del blog y del Retiro que mis últimos escritos denotan ilusión. Me ha alegrado tu observación, puesto que las mariposas empiezan a cosquillearme el estómago cuando vislumbro Lo Que Ha de Venir, y como esbozaba arriba me surgen todo tipo de cuestiones, cansancios y dolores que son compartidos hasta por avezados corredores como el creador del Goyomil. El miedo mata a la mente.

Y para matar al miedo en un triste día de nubes y lluvia, una dosis de cotidianidad: siguiendo el ejemplo de mi contertuliano, he apurado cinco series de mil seguidas de un dos mil, a una media de 3:46 y el último 2k a 3:38. Delenda est Cartago!

Corriendo en Siberia

Se acabaron las vacaciones de Semana Santa, y con ellas se despidió la última semana de carga de volumen para Mapoma, como pueden atestiguar los 74 kilómetros recorridos en 4 días consecutivos, que ponen la marca de agua en 94 ks, la más alta desde que empecé la preparación en enero. El escenario del violento deceso de mis Asics Nimbus (1,139 kms, q.e.p.d.) han sido las carreteras, caminos y pedregales de la Siberia extremeña, una recóndita y tranquila región situada al noreste de Badajoz, plagada de encinas y olivares, embalses y ovejas, y para información de corredores, incontables cuestas.

Repasando los objetivos para la semana pasada, doy por cumplido el de acumular distancia, destacando dos tiradas de 20 y 27 kilómetros (a 4:20 y 4:31), ejecutadas con una cierta progresividad, con la venia de los desniveles, muchos y fuertes y para mi desesperación los peores al final del ejercicio. Por su dificultad, tengo tentaciones de clasificar como largo un recorrido “panorámico” de 15 kilómetros, con frustrado intento de subida y bajada al castillo de Puebla de Alcocer, cuyo perfil y foto no puedo evitar colocar aquí.








También alcanzado el objetivo de recuperación de mente y cuerpo, tanto de la última carrera como de las vicisitudes de nuestra áspera vida moderna, a base de seres queridos, días de campo, tranquilidad y buenas viandas. Capítulo especial merecen estas últimas, que aunque nunca formarán parte de una dieta políticamente correcta para cualquiera de nuestras lecturas favoritas del género, ya quisiera para sí cualquier atleta de campanillas: acá unas migas con torreznos, pimientos y longaniza, acullá unas chuletillas de lechazo cocinadas al amor de las brasas.

¿Acaso no son estos alimentos hidratos y proteínas, generosamente aderezados con el jugo de las olivitas de esta tierra y el caldo de las uvas de mi Ribera? Pues para finalizar esta digresión, no sólo de correr vive el hombre, y aquel que no disfruta de su existencia asomándose a una copa de buen vino se está perdiendo algo bueno de ella.

martes, 7 de abril de 2009

En la encrucijada

Esta es la última semana para preparar el maratón de Madrid, porque aunque después restan dos más, en la penúltima se reduce volumen de kilómetros y en la última se maceran todos los ingredientes. Y hallándome en el postrer sorbo, apurar de mi entrenamiento quiero:

- recuperar mi cuerpecín del esfuerzo de la media maratón del domingo
- completar mis últimas tiradas largas
- pintar el blanco del Mapoma conforme a los resultados de las carreras de preparación.

Por ello afirmo que estoy en la encrucijada, con el handicap sin équido de las vacaciones de Semana Santa y la irreparable rotura de la reconfortante rutina. A ver cómo pergeño algo que serene todas mis inquietudes.

Recuperación: Doloridos se hayan mis cuadriceps, fatigados mis gemelos, amonestados los tobillos. ¿Pero acaso imaginabas otra cosa distinta, so melón? Las imprudencias se pagan y los desniveles de la Media de Madrid en divisa dura. Tómate unos días de rodaje, descanso total el miércoles (por imperativo logístico, sí, descanso) y pon el contador a cero el jueves.

Volumen: mi propósito de vía crucis será embutir entre el jueves y el domingo una tirada larga (25-28), una menos larga y un ritmo de >15. Salvo el día del ritmo, el objetivo será cantidad. El tamaño sí importa, y ya probada mi calidad en la arena, quiero sacudirme esa duda que se retuerce en el fondo de mi cerebelo sobre si me faltan sesiones largas.

Objetivo: sin paños calientes, si con 1:23 en la Media Alpina de Madrid no intento bajar de las 3 horas, es que no tengo sangre en las venas, por no mencionar el contenido de la bolsa escrotal. 2:59.59, adjudicada la subasta, tomen nota taquígrafos y público, que me pongo en la picota si no lo consigo y quede en el recuerdo que lo intenté, y de desfallecer, lo intentaré de nuevo en plazas más favorables. Valor y al toro.

Buenas vacaciones.

domingo, 5 de abril de 2009

Media Maratón de Madrid

No sé decir si la carrera de hoy me ha salido bien o mal. Porque la marca ha sido buena pero no me he reservado como era mi intención. Pero no quiero avanzar el resultado.

El día se levantó estupendo, y como siempre en el Retiro más. Quizás ya hace un poco de calor, y según me colocaba en la montonera que indicaba la marca prevista de 1:23 (solamente tenía por delante los dorsales reservados), pensaba que el maratón de Madrid va a ser un suplicio por el sol. La última carrera con mi camiseta de combate (últimamente siempre uso la misma), y a partir de ahora, tirantes.

No me terminan de gustar estas carreras tan masificadas. Pese a ocupar todo el ancho del Paseo de Coches, la salida fue neutralizada como se dice en ciclismo. Disparo, un poquito de zigzag y también de maldiciones hacia los que se ponen por delante cuando sus tiempos son de cola, y a entrar en faena.

Y un poco despistado por los tiempos que me iba dando el Garmin en los primeros kilómetros, decidí seguir al globo de 1:25 que flotaba no muy lejos por delante. Pero al parecer no era el día de depender de ayudas, porque iba sospechando que íbamos demasiado rápido para la subidita del km. 3 al 9 (ver altimetría abajo). Como sospechaba primer 10 mil en 40:10, y los del globo 39 y pico. Confirmado, muy rápido.

Porque seguimos bajando, y el del globo... se retiene! Si me has pegado esta subidita, yo no voy a reducir ahora que viene lo fácil. Ahí te quedas. Alargo la zancada, y a subir y bajar toboganes hasta la cuesta de Moyano. En el kilómetro 15 veo un coche de la organización parado junto al cartel, marcando 59 y pico... mmm esto es por debajo de 4'... ¿voy a petar? Pienso en mi objetivo de conservar, y me lo quito de la cabeza en seguida, estoy corriendo por sensaciones sin mirar al reloj, si reduzco me clavo.

Entrada al Retiro por la cuesta más empinada, la que lleva a la fuente del Angel Caído, y de vuelta a escuchar maldiciones. Muy acorde con la fuente, infernal. Me da la impresión de que voy a cámara lenta (luego he comprobado que bajé a 4'10, después de muchos kilómetros a 3'40 y pico), y consulto mis pulsaciones: 186. No hay nada que hacer, pienso. Voy a mi máximo, solamente puedo aguantar, no apretar. Pero la cuesta termina y encaramos el kilómetro 20, el mismo mil donde "tensamos" en la bajada.

Esto es cosa hecha, paso la misma fuente de la esquina del estanque que cruzamos varias veces cada día, pero sin mirarla, y ya estamos en el Paseo de Coches. ¿Dónde coño está la meta? Ah, ya leo el cartel... ¿1:23...? ¡a correr! aprieto los dientes y cruzo la meta al sprint. 1:23.34. A la mierda el objetivo de reservarme... pero cómo me gusta correr...

jueves, 2 de abril de 2009

Consejos para corredores novatos

Mi amigo Jorge ha empezado a correr con regularidad, para mi satisfacción, desde hace varios meses. Digo satisfacción porque cuando consiga que se apunte a carreras populares tendremos una excusa más para poder visitarnos, ya que vivimos en distintas ciudades. He recopilado aquí una serie de consejos que pueden servirle a él y a cualquiera que busque ayuda para iniciarse en nuestra secta:

- correr procura una serie de beneficios importantes, especialmente para un casi cuarentón con sobrepeso: aligerarás, tu corazón crecerá en tamaño y fuerza, te notarás más despejado, tranquilo y alegre y dejarás mucho colesterol por el camino.

- deja de usar tus puma de suela plana o las tenis que tienes desde los veinte años. Si no te quieres lesionar, si vas a hacer muchos kilómetros necesitas conocer tu tipo de pisada (pronador, neutral o supinador) y adquirir una zapatilla en consonancia. Busca una tiendas de deportes que estudie tu pisada y te recomiende. Con un peso superior a 70 kilos necesitas unas zapatillas pesadas, con buena amortiguación. Tus rodillas y articulaciones te lo agradecerán.

- si Dios hubiera querido que corriesemos en en cinta nos habría hecho hamsters. Imagino que tiene alguna ventaja, como recrearse en los propulsores de las compañeras de gimnasio, pero yo te recomiendo que salgas al exterior: perderás el blanco "fluorescente", te dará el aire y verás mundo. Si corres en cinta ten en cuenta que además de contar con la facilidad de que te imponga el ritmo no tienes la resistencia del aire. Hay gente que pone una inclinación del 1% para compensar esto último, pero uno que ha perdido mucho tiempo en la cinta te recomienda que directamente, pases de ella.

- los caminos de tierra son mejores que el asfalto, y éste que las baldosas. Cuando más blando sea el terreno, menor el impacto que sufrirás en cada zancada. Además, el campo y los parques son más agradables y seguros que las calles.

- no te preocupes del tema de la quema de grasa: es un rollo de las máquinas del gimnasio, la finalidad de esa zona es hacer el mínimo esfuerzo durante un tiempo dilatado para perder peso sin cansarte mucho. Lo que quieren decirte es que si te pasas de pulsaciones entrenarás en zona anaeróbica (eso te pilla lejos aún) y que si vas de paseo no quemarás nada (de cajón).

En todo caso, siempre que corres quemas grasa, mientras o después. Parece que el consumo depende más del tiempo ejercitado que de la intensidad, aunque he leído que a mayor esfuerzo, después de finalizar el ejercicio sigues quemando. Esta zona tiene un beneficio: tu cuerpo aprende a convertir grasa en oxígeno eficientemente, y eso es bueno para la larga distancia. Si tuvieras pulsómetro te diría que te mantuvieras entre el 65 y el 75% de pulsaciones para estar en esa zona "de quema".

- hablando de pulsómetros, antes de ir a por el más sofisticado y caro necesitas saber si esto te gusta, no es necesario más de un pulsómetro con las funciones básicas (como mucho que almacene algunos laps). De momento no lo vas a sacar partido, es más importante que corras y bajes de peso. Curiosamente, los corredores con mejores marcas que conozco no tienen los relojes más sofisticados.

- no, no hace falta apiporrarte a isostar ni menos a bebidas con cafeina taurina etc mientras entrenas. Si lo que quemas en un rato de trote suave lo repones a base de glucosa, mal vamos. Solamente necesitas complementos en largas distancias (en mi caso, sólo en maratón). Olvídate de eso de momento y solamente bebe todo el agua que necesites.


- ahora no es importante que te centres en los ritmos. Debes saber que la carrera continua no es lo único que puedes ni debes practicar. Están las series cortas, largas, los cambios de ritmo o fartlek, los progresivos y demás combinaciones diabólicas que pertenecen a lecciones más avanzadas. Para que te hagas una idea, un popular rueda suave en torno a los 5 min/km, y hace series y compite en torno a los 4. Si a estas cifras le sumas o restas medio minuto, te encontrarás a la mayoría de los corredores. Cuando seas capaz de sentir el ritmo al que corres, y modificarlo, conocerás lo que es un deporte duro y con una gran componente estratégica.

- es bueno ponerse objetivos, ya sea en tiempos, en distancias, en alguna carrera concreta. Es menos abstracto que correr por correr, y alcanzar objetivos permite evolucionar, motiva y abre posibilidades para objetivos más ambiciosos. Si sigues en esto, en algún momento experimentarás el veneno de los tiempos, del que ya te hablaré.

Y sobre todo, quiero seguirte teniendo entre mis amigos. Como no practicas ningún deporte intensivamente (levantamiento de vidrio no cuenta), si piensas continuar en esto te recomiendo hacerte una prueba de esfuerzo, ahora y periódicamente. Las hay más o menos sofisticadas, con que te quedes tranquilo de que tu corazón puede aguantar un esfuerzo fuerte durante un periodo prolongado es bastante.

Preludio de una Media

Me escribe un lector con razón que llevo descuidado el cuaderno, he estado fuera el oui-ken y no he tenido mucho tiempo para la lírica, como cantaban los Golpes Bajos. Voy a resumir en unas líneas cómo han ido estas dos semanas, en plena vorágine de preparación de Mapoma. Perdonad si me pongo muy técnico, prometo más hilaridad en una entrada que estoy preparando para novicios.

La semana pasada, pocos alardes. Me repuse de la Cuasimedia Universitaria con rodajes por lo general largos, destacando un 15 mil a 4:20 el miércoles seguido de un 9 mil a 4:05 al día siguiente (ergo sigo machacando los ritmos de maratón y media). La tirada larga del domingo no lo fue tanto, porque el sorpresivo retorno del frío me hizo huir a chiqueros después de 22 kilómetros.

Me pregunto si salir de copas la noche anterior tuvo algo que ver, pero algo bueno hubo porque por la prisa y el viento de popa el crucero de los últimos 11 fue de 4:13, don erre que erre machacando el mismo ritmo. Volumen total, 91 k’s, ahí me he plantado, en parte por conveniencia y en parte por convencimiento de que estoy cultivando más calidad que cantidad, y eso es una decisión estratégica que he tomado, que puede ser acertada o no, veremos.

Esta semana ha sido un poco más alegre: la chicha empezó como siempre el martes, con un 10 mil en poco menos de 40 minutos, y hoy 9 series de un kilómetro con pausa de un minuto, a 3:50. Ahora, reposo y reflexión para la Media de Madrid del domingo. Creo que voy bien, me siento fino y seguro (eh, que fino en nuestro argot es fuerte) y me preocupa más pasarme de velocidad que quedarme corto, es una carrera de preparación y no debo salir a darlo todo. Por lo que he comentado con los mayores, 1:26 puede ser una marca adecuada y ese será el objetivo:

- sería mi mejor tiempo en media y me plantaría en el umbral de bajar de las 3 horas en Mapoma, y para el coco cuenta mucho

- iría menos forzado que en la Universitaria (se supone que esta carrera tiene mejor perfil, no siendo una perita en dulce)

- me permitiría recuperarme en torno a la semana, que es lo que me ha llevado la Universitaria con similar esfuerzo.

Aunque nunca se sabe, puedo pasarme de listo y no llegar, o “llenarme de gol” e ir a por todas para luego pagar la cuenta.

Veamos pues, qué acaece el domingo. May the force be with me.