domingo, 23 de mayo de 2010

El barbero de Sevilla

No es que yo sea muy megalómano (a ver los de los diccionarios), pero el sábado nos regalaron unas entradas para un concierto en el Auditorio Miguel Delibes, que para nuestra sorpresa resultó ser esta divertida ópera de Rossini.

Meditaba contemplando a toda la cantidad de gente que tocaba o cantaba en el escenario, sobre las diferencias entre el director y el del bombo, el tenor y el corista,... y elucubrando sobre sus diferentes remuneraciones. Y me vino a la mente el mundo de los deportistas, con las estrellas millonarias de los deportes más comerciales y los profesionales del montón simplemente ganándose la vida. La asociación fue inmediata: músicos y deportistas son de la misma madera. Afortunados y desafortunados: todos trabajan por vocación y obtienen satisfacción de su trabajo, pero sólo unos pocos alcanzan fama y fortuna.

Mientras escuchaba la música, ponía en mi mente las imágenes de la salida ciclista de la mañana, porque fue de esas que disfrutas recordando. Primer día de corto, el campo verde y frondoso, las mismas cuestas menos duras que de costumbre y el recorrido por los pueblos de la provincia de Valladolid al son de Figaro. Wamba, San Cebrián de Mazote, Torrelobatón, La Espina... más de 90 kms de monumentos vistos a más de 30 kph de media... y como aportación al concierto que sonaba en mi cabeza, la eufonía de las cadenas zumbando alegres en llano a casi 40 por hora. Fígaro Fígaro Fígaro...

Pepecar: la venganza se sirve fría

Para aviso a navegantes que buscan referencias sobre esta compañía de alquiler de coches:

En diciembre de 2008 narraba en un post cómo había sido atropellado por el personal de una de estas franquicias, que arbitrariamente me despojó de la fianza de 350 euros con un motivo inverosímil.



Un año y medio después, la Comunidad de Madrid me ha comunicado que ha finalizado el expediente sancionador abierto por mi reclamación frente a la Oficina de Atención al Consumidor (OMIC) y esta empresa ha sido sancionada con 42.400 euros.

Querido Pepempleado: los clientes no son personas molestas a las que hay que soportar o patear. Hay que cuidarlos y mimarlos porque contentos son fieles y enfadados unos cabrones. Aunque sea gente que está de paso y no se va a molestar en reclamar... ¿o sí?

Querido Pepe: hubiera bastado leer la hoja de reclamaciones y una llamada al día siguiente para devolverme el dinero con unas pocas excusas. La rentabilidad se obtiene con un buen servicio y una buena gestión, no quitando fianzas. Vais a tener que despojar a otros 121 para recuperar esta sanción.

Oh, ¿por qué será que me alegro...?

viernes, 21 de mayo de 2010

Nuevo gatchet para el corredor, ciclista, triatleta...

Y yo que pensaba tenerlo todo con mi Garmin 405... os dejo el enlace... a partir de septiembre 2010.

http://www.timexironman.com/products/global_trainer_gps.htm#watchtop



jueves, 20 de mayo de 2010

He sido un oficinista muy malo

De vuelta a casa, después de un largo día de trabajo y al mediodía unas pocas series de 400, iba yo vestidito con mi corbatita y mi canesú, todo disfrazado de oficinista, cuando llego a un semáforo donde varios montainbikeros muy equipados esperan. No llego a parar porque se abre cuando llego y prosigo al mismo ritmo, alegre porque iba cuesta abajo.

Y al poco oigo resoplidos y ruidos de cadenas justo a popa... han olido carnaza, van a dar una lección al trajeado que vuelve maqueadito del trabajo en una bici de paseo sin siquiera barra... pero con unas ruedas de 28 lisas. Por un momento me planteo dejarme llevar por la cuesta y permitir que me adelanten los avezados ciclistas, soy un hombre maduro, voy a mi ritmo... pero ¡qué coño! ¡si yo juego a ésto todos los domingos!

Libre del impedimento de no sudar, porque ya ha terminado la jornada, aprieto y aprieto y llega la cuesta arriba y aprieto más... ¡oh!, ya no están... Las apariencias engañan, corazones. Cuidado con los triatletas con piel de cordero.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Ve visto la luz

Escribo poco sobre mis experiencias en el agua. Nadar es una cosa extraña, en un medio ajeno en el que somos increíblemente inútiles. Flotas en un fluido que no puedes respirar y en el que te mueves torpemente. Y al menos el agua en su estado natural es atractiva: forma bellos paisajes, se mueve, tiene vida. En una piscina es artificial, vacía.

Pero hoy comprendí por primera vez algunas cosas que he leído en libros. Agarrar el agua, deslizarse, el tubo por el que uno repta... son metáforas que explican la sensacíón de avanzar por el fluido sin oposición, enfocando todo el movimiento hacia adelante, buscando la horizontalidad y la máxima hidrodinámica. Nadar es un ejercicio de potencia, no tiene nada de relajado, cuanta mayor es la cantidad de agua que mueves más avanzas, siempre que la muevas en el sentido y volumen adecuado.

La patada naciendo de la cadera, rítmica como el merengue, los pies aleteando flexibles, los brazos empujando el agua como remos de una galera, y el cuerpo se desliza, desvaneciéndose la aburrida visión de la línea del fondo, mecido por la onda que él mismo genera. Controlo la respiración, mantengo el ritmo en la fatiga. No pienso nada más que en mis movimientos, como un animal. Nado.

martes, 18 de mayo de 2010

¡Ya está liada!

Me he apuntado al triatlón olímpico de Rioseco, VA (afortunadamente se nada en la dársena del canal, no el el río) del próximo 12 de junio.

Pensando en el día de la carrera, he caído en la cuenta que después del agua uno no se calza unos calcetines. Y para probarlo, en las series de hoy decidí salir sin ellos, pensando que mis Asics de mil kilómetros estarían lo suficientemente trotadas... pero no me han evitado unas buenas ampollas en los dedos... ¡Qué membrillo!

Sé de uno que va a perder medio minuto en la transición poniéndose unos calcetas...

domingo, 16 de mayo de 2010

Entrenos con el club

Este finde he tenido la oportunidad de nadar y montar con mis compis del Tripi, lo cual me permite contrastar mi nivel de forma de una forma menos traumática que en una competición, además de sentirme vinculado al club y conocer a sus gentes.

He notado mi mejoría en el agua. Para hacer piruetas y sincronizada. Por fin están fructificando las eternas sesiones de socorrismo, patadas y demás zarandajas con las que nos obsequia mi profe de natación cada día. Porque mis compañeros del club de la calle lenta me daban sopas con honda. Ni cuento la rápida. No es que el primer largo me salga mal, es que es "el largo", porque luego me vengo abajo. Me faltan muchas series, todo lo contrario de lo que hacemos ahora en clase. Espero que tanta técnica sea una inversión a futuro.

Hoy montamos unos 70 y algún kilómetros, un día fantástico de temperatura y luz y regular de viento. La novedad es que no he sido el último en las cuestas, como venía siendo mi costumbre. Ha habido algún tramo de rodaje bueno, como cuando he tenido YO que saltar del pelotón para enganchar a tres ciclistas que nos adelantaban para diversión de mis compañeros, que gracioso el nuevo.

"Esos son ciclistas, si aprietan en cualquier cuesta te dejan tirado". "Y yo corredor, y cuando salgo con la ropa del club, o no me adelanta nadie o me pega el mazo. Ya les quería ver nadando a esos". Y gracias a mi lema, he podido rodar con los "enemigos" unos 8 kilómetros a casi 34 por hora con viento de cara, hasta que nos hemos despedido y me he reintegrado a la disciplina del equipo, en mi lugar de cola. Nueva marca también hoy, en velocidad máxima cuesta abajo, 72,3 kms/h, sin pedalear.

Y echando cuentas para un triatlón olímpico (1,5 kms nadar + 40 kms bici + 10 kms correr), si mis compañeros nadan a 1:25 los 100 metros y sacan medias de 33 kms/h sin inmutarse, en el hipotético caso de que yo sacase un tiempazo de 40 minutos en mi especialidad, el diez mil de postre, para igualarlos tendrían que correr a... 5:30 minutos el kilómetro... ni empujando una silla de ruedas. Vamos, que me van a meter un cuarto de hora, sin tener en cuenta que tengo posibilidades de no encontrar la bicicleta a la primera, no saberme quitar el neopreno del tirón...

Esto no me produce tristeza sino risa, porque estoy muy mentalizado de que mis primeros triatlones van a ser para adaptarme y disfrutar a este deporte. Y si me dejan, a pegar algún susto a alguno...

jueves, 13 de mayo de 2010

Hasta el 40 de Mayo no Te Quites el Sayo

Lo bueno de este inviernillo que estamos pasando estas semanas es que la temperatura para correr es estupenda. Pero si os contaba que el otro día tuve que desistir de montar en bici por la lluvia, hoy me he quedado sin series por el barro.

Pese a la aventurilla de llegar a casa mojado por no llevar ropa de lluvia y el escepticismo de mis compañeros de trabajo, muy animado me he plantado en el kilómetro del JC1 para hacer unos miles, descubriendo en un par de cientos que salvo con unas zapatillas de clavos no iba a dejar de derrapar. Despechado, me he dedicado rodar fuerte, y sin darme cuenta ha salido un ocho mil a 4:12. A falta de series, buenos son umbrales.

Para los que se hayan caído en este blog de corredores, el umbral anaeróbico es el nivel de pulsaciones al que el cuerpo empieza a generar ácido láctico, sustancia maldita que como el demonio tiene mil nombres: el del mazo, el muro, la pájara… Entrenar justo por debajo del umbral permite que el cuerpo elimine el ácido láctico, lo que aumenta la resistencia al mismo y sube el umbral. Este entrenamiento también se llama hacer un ritmo controlado.

O algo por el estilo, seguro que alguien me puede corregir. Pero hoy, yo ya lo tengo en las piernas.

 

PS: si alguien quiere profundizar en estos temas recomiendo el Jack Daniels, no el whisky sino el libro The Running Formula, donde se explica ésto y mucho más.

martes, 11 de mayo de 2010

El Globish

He leído recientemente varios artículos interesantes sobre el Globish, que es el idioma del globero lingüístico porque en mi opinión es el idioma de los conformistas.

Básicamente, es un inglés de gramática simplificada y vocabulario limitado, hablado con pronunciación y acento local entre personas no anglosajonas. Por supuesto, al estar completamente fuera de la cultura de esa lengua, es total el desconocimiento de cualquier palabra coloquial de alto nivel (¿cómo se dice a un niño "haz pipí en el váter"?), ni decir nuevos giros o términos.

Pero para mí lo original de la idea es que explica gráficamente por qué dos no angloparlantes se entienden perfectamente entre ellos y sin embargo son incapaces de comunicarse al mismo nivel con alguien con lengua inglesa instalada "de fábrica".

Esta semana he estado reunido por trabajo dos días seguidos con franceses, desaprendiendo el inglés, y no he dejado de pensar en el Globish con hilaridad, cada vez que escuchaba un palabro adaptado directamente del francés o en lugar de una aburrida frase técnica me parecía oir cantar a Carla Bruni. Seguro que Seispir estaría horrorizado.

Horrorizado como yo ante la idea de dejar de entrenar dos días seguidos a cambio de sendas comidas de representación, repletas de los mejores tópicos manidos en el más puro y lustroso Globish. Pero ya amanece poco después de las 7 de la mañana, lo justo para desayunarme con 11 kilómetros, y como decimos en mi nueva lengua, "walk I jot and laf the pípol".

sábado, 8 de mayo de 2010

Salida marrotada

Buena tarde para leer, cuando el tiempo está desapacible fuera y uno ha hecho sus deberes la tranquilidad del hogar es preciosa. He terminado la trilogía de Alexandros, de Valerio Massimo Manfredi, y La Conquista de Alejandro, de Steven Pressfield, y doy por concluido mis lecturas sobre este señor. Curioso el Alejandro, me ha dado la impresión de no saber qué quería ni donde parar, más preocupado por conquistar que consolidar y reinar.

Los libros son recomendables, y muy fidedignos, por lo que he podido contastar con la wikipedia. Pena del último libro de la trilogía que no engancha tanto. Me ha pasado lo mismo que con la peli del Titanic: joder, si al final se hunde, menuda gracia de final que ya lo conozco.

He empezado Las Guerras de las Galias como me recomendaron, pero de momento no me engancha mucho. Cuando leo historia me gusta tener una visión más amplia y explicada, y cuando leo novela histórica me gusta que me lo adornen. El Julio César no creo que llegase a mucho como escritor. Seguro que acabó de guionista de Berlusconi en Telecinco.

Esta mañana me dio pereza madrugar para coger la bici, aunque llevo sin hacerlo un par de semanas y supongo que no es la mejor preparación para un triatlón. Son ya quince días entrenando seguidos, y necesitaba dormir en condiciones.

Pero por la tarde me picó el gusanillo y decidí salir, con poca fortuna ya que a los 7 kilómetros tuve que dar la vuelta, no por miedo a mojarme sino a caerme. Aún recuerdo la costalada bajando de Canencia por la carretera húmeda. y casi he estado a punto de repetirla porque se me ha ido la rueda trasera en un par de ocasiones, afortunadamente la peor ocasión ya tenía el pie fuera de las calas.

Pero como a este cura no me importa el agua, he dejado la burra y rápidamente me he lanzado al Juan Carlos en mitad de la lluvia, que ha despejado el parque de paseantes para que yo corriese a gusto. Me ha impresionado la cantidad de adolescentes con bolsas de supermercado buscando donde ir a hacer su botellón. Cuando a las pulgas se les muere el perro, escapan en tropel antes de que se enfríe.

El rodaje de 9 kms después de 14 en bici me ha salido a 4:15. Ayer estuve nadando 4 series de 500 en 10 minutos, que no es una maravilla como tampoco lo es mi forma en bici, pero creo que es lo suficiente para hacer un tiempo digno en un triatlón. Voy a buscar un olímpico, creo que no estoy rápido para un sprint (ni me apetece mucho estrés) ni tampoco tengo fondo para un medio ironman (miedo a la media del medio).

Y hablando de nadar, que alguien me explique qué razones impulsan a una mujer de la tercera edad a meterse en una calle nadando de espaldas en zig zag interrumpiendo a alguien que hace series a crol, despreciando la compañía de otra viejecita en la calle adyacente. ¿Atracción al peligro? ¿Deseo hormonal? ¿Carencia absoluta de capacidad de reflexión? Temo por mi vejez, los que frecuentamos la piscina y el anillo verde estamos demasiados expuestos al Alzheimer.

jueves, 6 de mayo de 2010

Magreando en el Juan Carlos

Hoy ha sido un día duro para unos y menos para otros. Celebrando que era jueves y es el día mundial de la calidad, por ser original decidí marcarme unos miles junto al lago, en un día fresco y soleado de los que echaremos de menos cuando el calor golpee fuerte en Madrid y se nos termine la primavera de dos semanas.

Un par de kilómetros de calentamiento, y en sus marcas al inicio del mil. Oh, una parejita, sobándose con fruición detrás de una gran estatua consistente en ondas cubiertas de césped. Creo que piensan que a este lado no les verán. Empiezo el mil, controlando zancada corta y frecuencia, y el tipo mientras se despoja de la camiseta. 3:52.

A la vuelta del segundo, al cabo de un minuto ya he bajado a 140 pulsaciones y eso que lo he hecho en  3:46, y ella está zafándose del abrazo y escondiéndose traviesa en una fosa que hay alrededor de la estatua, que habitualmente está llena de agua pero está vacía. El descanso de minuto y medio se acaba rápido, y allá voy.

Anda, al final del mil al otro lado de la ría está mi cuñado con un grupo haciendo 500. Cuando recupero el aliento le jaleo haciendo bocina con las manos. Saludo a un orondo sesentón que también se ha quitado la camiseta y hace movimientos con los brazos estilo karate kid. Dar cera, pulir cera. Otro minuto y medio que ha pasado en un segundo, y a por el cuarto.

La parejita ahora está espachurrada encima de la estatua, en una de las concavidades. Ya rondo las 160 pulsaciones al terminar el mil. Una pareja de tortugas se zambulle cerca, y me voy de nuevo a ver al señor de la bici en un viaje de 3:45 minutos.

"Qué duro es hacer deporte, pero si quieres tener salud..."- me dice el nuevo converso. "Sí", contesto pensando en mi post de hace unos días de No Hagas Deporte, y avergüenzo a mi cuñado de nuevo gritándole "!!ánimo machacalos¡¡". Y sin más tiempo, de vuelta al inicio. Zancada corta controlada, frecuencia rápida, relájate en el sufrimiento, dice la voz interior de mi sen sei, si lo tuviera.

Llego con 180 y alguna pulsaciones, medidas en la carótida. La parejita se ha incorporado muy digna, se han vestido y marchan de la mano. A mí me queda uno para terminar este magreo de miles, como fin de fiesta decido un cambio de ritmo a mitad de camino y todavía me da tiempo a sobrepasar a un grupillo de menos nivel que hace 500s al otro lado en mi misma dirección. 3:40.

Cruzo el puente y saludo al grupo bueno del cuñao que sale para otro 500, esta vez son ellos los que me gritan que me una, pero solamente pensar ahora en una serie corta más fuerte hace que me duela como si ya me hubiera lesionado.

Trote para casa, los tres satisfechos, yo con los 3:46 de media y la parejita supongo que también (no sé si con esa media).

Y ésta fue la crónica desde el Juan Carlos, donde nunca pasa nada y hoy pasaron muchas cosas.

martes, 4 de mayo de 2010

El orgasmo de una cometa

Tremenda tormenta de viento la que cae hoy en Madrid. Pedaleando hacia casa me doy cuenta de que el viento de 75 por hora pronosticado hoy en la sierra no se ha quedado muy atrás en la capital. Así no se puede hacer nada a un ritmo programado, con lo que me olvido de series y me lanzo al parque a volar a lo que surja, o a lo que me deje el viento. Atronando los oídos, agazapado en cada curva y en cada cuesta, me ha acompañado todo el rodaje. Divertido ver a las tortugas del lago haciendo surf en las olas.

Y por fin, a casa tras el aperitivo de ácido láctico que me duerme la boca, diez kilometrillos en 42 minutos, un ritmillo curioso teniendo en cuenta las circunstancias. Comparando con el tiempo de la media universitaria del domingo, mi teoría se confirma: estoy entrenado pero se me ha olvidado sufrir.




domingo, 2 de mayo de 2010

XXXI Media Universitaria Valladolid

Había olvidado uno de los motivos por los que es bueno competir: las carreras son un entrenamiento fantástico para las carreras. Toma castaña. Porque una rosa es una rosa. Y me he dado cuenta de eso hoy porque pese a haber entrenado cuatro semanas machacando ritmos consistentemente en torno a los 3:50, el resultado ha sido en torno a los 4:00. Conclusión, me falta filo competitivo, sufrir en carrera.

Un día estupendo para correr hoy en Valladolid, 15º y sol para la curiosa distancia que este año ofrecía la "media" universitaria, 10.400 metros que no he podido contrastar con mi Garmin porque globero de mí no he picado el crono hasta pasado unos 300 metros de la salida. No solamente ha sido esa mi inocentada, sino que me he dejado encerrar en un embudo del que me ha costado salir hasta casi 500 metros después de la salida. Sólo me ha faltado estrenar zapatillas o desayunar huevos fritos con bacon.

Dentro de toda la heterodoxia , ayer en vez de reposar con un trote ligero probé sin saber muy bien con qué finalidad un test de 3x500 en la piscina. La buena noticia es que he bajado de 12 minutos por serie a menos de 10 en un año. La mala es que sigue siendo demasiado. Como varita de medir comparad lo que son 6 minutos en un 10 mil: una eternidad. Pues ese tiempo es lo me meterían muchos en los 1.500 metros nadando de un triatlón. 

Para el registro, tiempo oficial de 41:41, y como no hay tiempo neto supongo que si descuento los segundos hasta cruzar la línea de salida me quedo en 3:59 de media. Puesto 128 de mil y pico varones, y la secreta satisfacción de no haber quedado el último de los Tripis como me suele ocurrir en las otras disciplinas.