lunes, 26 de abril de 2010

Anatema maratónico

El domingo amaneció caluroso, y ese fue uno de mis primeros pensamientos al montar, los del maratón van a sufrir hoy. Y como había leído en uno los blogs que sigo que solamente quedaban en las calles los futineros de fin de semana y los chulillos de gimnasio, decidí marcarme mi propia maratón en bici. Eso es, hacer un puerto o pasar de 100 kms. (Por cierto, lamento tu lesión RA, pero has tenido hasta suerte en cambiarlo por otro: el recorrido de Madrid es terrible y las marcas se distorsionan)

Y también salí a sufrir, con una premisa: nadie te adelanta, bandera púrpura de que no hay prisioneros. Si uno te rebasa, se le sigue hasta que se le adelanta. Esto es duro, porque te obliga a no bajar el ritmo para que no te alcancen de nuevo. En una gran ayuda para entrenar en solitario ya que te plantea objetivos inesperados.

Así, nada más abandonar el demencial anillo verde (cuidado que soy mendrugo, sigo usándolo para llegar al carril bici) empezó la pugna con un veterano en una Pinarello de carbono, que me mantuvo entretenido hasta Tres Cantos. Luego tuve que esforzarme en atrapar una Specialized de contrarreloj, de estreno. Finalmente llegando a Soto me pegué con unos machacas en mountain que supongo que solamente querían tener la sensación de llegar a mi rueda y dejarme ir, porque eso fue lo que hicieron (yo creo que mantener un ritmo de 30 y tantos por hora con unas ruedas gordas debe ser épico).

La vuelta por Manzanares y Cerceda afortunadamente fue más tranquila, porque el señor del mazo me estaba amenazando y no me quedaba más fuelle para plantear mucha batalla. Total, 3:43, un poco más de lo que tardé en completar mi primer Mapoma, y no mucho menos cansado.

Hablando de batallas, estoy terminando la trilogía de Alexandros (recomiendo más la de Escipión, más entretenida y mejor escrita), y reflexionando sobre las batallas que se describen en ella, he llegado a la conclusión de si Filípides hubiera sido triatleta no hubiera pasado a la hsitoria, porque habría llegado en perfectas condiciones a su destino. Ni correríamos con unas Niké, que fue lo que la leyenda dice que dijo (“victoria”).

¿Pero a quién se le ocurre mandar a un corredor a hacer 40 kms sin haber reposado el día antes, dormido bien, comido pasta, estirado, calentado suavemente …? No amigos, en Maratón no fue el primer maratón sino el primer ironman de la historia: luchar, matar y correr. Y acaso ahora las zapatillas se llamarían “Averesascañascoño”.

Sorry corredores…

3 comentarios:

  1. Y tanto que sufrimos, amigo, y tanto que sufrimos

    ResponderEliminar
  2. Lo de Filipides no es muy creible. Se trata de un soldado acostumbrado a hacer marchas diarias de 15 a 20k y cargado hasta las trancas con sus "impedimentas". Dudo que un tío acostumbrado a la dureza de la marcha pete por algo menos de 40k que hay de Maratón a Atenas y menos que viendo que petaba no se parase antes del infarto.
    Lo del entrenamiento de persecución en bici parace cojonudo y te mantiene la tensión necesaria para no aflojar, pero ahora que viene el calor puede ser realmente fastidiado.
    Veo que te mola la literatura bélica, así que me permito una recomendación: "La guerra de las Galias" de Julio César. Acojonante.

    ResponderEliminar
  3. Hola,

    Soy acia jefe de proyecto en BuzzParadise.
    El 8 de mayo, organizamos un evento con Quaker y Chema Martinez.
    Se trata de venir entrenarse con él y también descubrir un poco mas sobre esta marca muy metida en el mundo de los atletistas.

    Me encantaría poder contar con tu participación.
    Enviame un email
    (abaghdadi[@]buzzparadise.com) si estás disponible
    Acia

    ResponderEliminar