miércoles, 27 de agosto de 2008

Amanecer en el Juancarlos

Muy de mañanita a finales de agosto, aún está Madrid perezosa de las vacaciones. Clarea un poco el alba, algunas farolas están apagadas y otras no, y la penumbra me rodea. Muy adelante en el carril bici que me lleva a la entrada del JC1 de la Alameda de Osuna sigo la figura fantasmagórica de un corredor vestido de blanco, y aún abotargado por el sueño imagino que es un espíritu de sonrisa descarnada, que me observa bajo las sombras de los arbolillos que flanquean la vía. Sacudo el pensamiento con un escalofrío y aprieto el paso, y cuando por fin alcanzo la recta que bordea la parte sur del lago alcanzo al espectro, materializado en una animosa muchacha a un buen ritmo para estas horas.

Mientras prosigo mi calentamiento, qué paradoja, disfruto del frescor de la mañana que nos va despabilando a mí y a los numerosos jardineros desperdigados por el parque, afanados en sus labores. El sol apunta rápidamente como una gran bola roja que torna la superficie del lago de ese color, mientras se apagan progresivamente las modernas luces indirectas de los puentes del parque y las farolas que me han acompañado hasta aquí. En el circuito del mil, las familias de patos se desperezan bajo la lluvia fina de los aspersores, lanzándose al agua protestando ruidosamente a mi paso, una y otra vez hasta que termino las cinco series y me apresuro a mi propia ducha para arreglarme y marchar al trabajo. Buen comienzo de día.

2 comentarios:

  1. enhorabuena por el blog!

    realmente dan ganas de iniciarse en esto del running...aunque lamentablemente haya que empezar haciendo footing...

    además el estilo, impecable y genial.

    chapó!!

    laila

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  2. Gracias Laila. Nunca es tarde para nada, incluso correr. Yo me ofrezco a echarte una mano y al menos motivarte. Aunque empieces haciendo fútin (nadie es perfecto) ;)

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