domingo, 14 de marzo de 2010

Esquí de fondo en Cotos

Esta semana ha estado plagada de bombas anti-entrenamiento: que si una comida de trabajo por aquí, que si otra por allá, que si un virus exprés de día y medio,... para desesperarse. El viernes se cerró el plazo para la Media Universitaria de Madrid, y afilado como un cuchillo de madera decidí dejarlo pasar.

Pero el fin de semana tocó algo muy divertido: el sábado curso de esquí de fondo en Cotos.

Madrugón a las 6:30 para llegar al aparcamiento de Cotos a las 8:30, y no con mucho margen porque a y cuarto estaba ya completo. Con las pistas muy cerca del coche, nos calzamos las botitas y los mini esquís que nos facilitó la organización -son mucho menos pesadas y aparatosas que las de esquí alpino, y las tablas muy finas- y al tema.

El día se presentó espléndido, con sol y sin nubes, y salvo los gruesos guantes de esquí y las orejeras el resto de equipo era el mismo que utilizo sobre la bici. Y a movernos por los raíles de las pistas de esquí de fondo de Cotos, porque hay dos modalidades, la que sigues unas vías ya marcadas donde introduces las tablas, y la de skating, más complicada. No es que no se pueda salir de las vías, pero es por donde más rápido y cómodo se avanza.

No es difícil avanzar con estos esquíes, se puede hasta correr con ellos, pero como todo deporte tiene su técnica y en este caso mucha. Hay que deslizarse, como si estuvieses pasando unos trapos por el parquet, coordinando el movimiento de los brazos y bastones con las piernas. Esto no es difícil, al principio, pero cuando al cabo de horas empieza a hacer mella el esfuerzo, la coordinación es peor y uno se traba continuamente.

Lo peor para mí, las bajadas. Estas tablas no tienen carving y apenas agarran, por lo que debe emplearse la cuña de una forma muy pronunciada para no embalarse. Para alguien como yo que únicamente frena en paralelo en la modalidad alpina (desventajas de tener una rodilla delicada), cada bajada era un sufrimiento y una caída detrás de otra. Y cuanto más cansado, menos técnica, más caídas.

Imagino que la técnica de skating es más difícil todavía, por lo que vi mucho más parecida a patinar que a esquiar. No creo que me forje un futuro en esto del esquí de fondo ni que me apunte a triatlones de invierno, pero después de comprobar que no subo mal me queda como asignatura pendiente probar el esquí de travesía, donde las pieles de foca sustituyen a los telesillas para llevarte a los altos.

Un día muy divertido, mucho deporte en contacto con la naturaleza, muy poca gente practicando esta modalidad y una buena experiencia. Calculo que recorreríamos unos 10 kilómetros en las 4 horas aproximadas de duración. http://connect.garmin.com/activity/26982562

Y el domingo... mi madre qué inventario de hematomas, golpes y agujetas en piernas, caderas brazos y espalda. Si no recuerdo estar así ni después de un maratón. Cada vez que me incorporo, recuerdo con humor el día de ayer. Hasta he tenido que perdonar la salida de bicicleta...

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