domingo, 28 de diciembre de 2008

Carrera del Turrón (Arroyo de la Encomienda)

Hoy he ganado mi primera carrera, pero corriendo con ventaja porque no había bolsa por medio ni por tanto africanos. Así me gustaría empezar algún post, pero como hoy es el día de los inocentes me lo permito.

El caso es que, después de una semana de fiestas, comilonas, cenorrios y copazas, junto con una premeditada reducción del entrenamiento para asimilar la competición del pasado domingo, hoy he corrido una de las carreras navideñas de Valladolid, la del Turrón, este año en su primera versión de 10k (al Garmin le han sobrado 90 metros). Y he comprobado que ninguno de los factores anteriores ha ocasionado una disminución en mi rendimiento, porque he repetido el 38:52 de Aranjuez, sin sufrir en exceso (a estas alturas no tengo ni una sóla gana de hacerlo).

Contento por mi actuación, he llevado un ritmo muy sostenido, gracias primero a un grupo que me ha llevado los primeros 5 o 6 kilómetros, y cuando han pegado el bajón haberme podido enganchar a un compañero excombatiente de la mili (¡¡poco ha faltado para darte un susto, JM!!). Pena que después de un rato se nos haya despegado una de las chicas del Vaillant y su elegante propulsor, toda una alegría para la vista.

También me ha gustado la organización y el circuito: tres vueltas casi idénticas en torno a un agradable parque, casi completamente llano, con algún tramo de césped, algún otro de barro y el resto sobre todo de tierra dura o asfalto. Aunque las curvas y el terreno ralentizan el ritmo, no lo he notado en exceso. El número de corredores, muy adecuado, unos 600, y las chicas solamente hacían dos vueltas, por lo que pese a ser caminos estrechos no se notaba demasiado.

La mañana también ha acompañado, el hielo de los sombríos y del estanque recordaba la helada de la noche, pero finalmente ha salido el sol y ha calentado hasta 10 grados. Al terminar, caldito y bolsa del corredor que incluía camiseta y cómo no, turrón. Por cero euros, genial.

¡Y ya sólo queda una! Como buen corredor, toca sudar el día 31 para despedir el año, en mi caso en el Cross de las Doce Uvas. En principio, solamente pensaba rodarla, pero uno es frágil, y nunca se sabe... Mucha suerte en vuestras sansilvestres y ¡feliz entrada de año! Os deseo un 2009 tan bueno como el 2008, deportiva y personalmente hablando. Contra la crisis, endorfinas.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Vuelve el sol

Después de mi agitado último post quería escribir sobre algo más relajante para volver a recuperar la tranquilidad de mi karma, espíritu o cualquier otra chorrada zen de las que se llevan ahora (¿dónde está ese súmmum hispánico de la tranquilidad que homenajeaba Cela, la siesta con pijama y orinal…?) Y me ha venido a la mente el rodaje regenerativo de este mediodía en el Retiro, donde hemos narrado las excusas, mentirijillas y anécdotas de la carrera del domingo mientras nos deleitábamos de una buenísima temperatura para lo que ha hecho esta estación.

Porque no hace falta que nos digan los meteorólogos que ha sido el otoño más frío en los últimos no-sé-cuantos años, ni que la Niña ha abierto un pasillo al viento ártico, basta haber visto día tras día el estanque que guardan Martínez Campos y cía. con una capa de hielo que hoy había desaparecido. O haber pasado de vestir cada día de largo con cortavientos (¡si hasta Vicente “el profesor universitario” se ha comprado uno!) a volver a ir de corto.

A mí estos cambios de temperatura me causan desconfianza. Cuando escucho o me sorprendo diciendo “hace buen tiempo”, a continuación pienso inmediatamente, ¿es bueno que haga calor en estas fechas? Al pan pan y al vino vino, y en Navidades tiene que hacer frío y nieve preferentemente, y en verano calor, y estas variaciones no me gustan lo más mínimo. No porque no las aprecie personalmente, sino porque me hacen pensar con tristeza que el calentamiento global, inducido o no (yo creo en el inducido) es un hecho.

Y además, quizás alguien piense que soy un raro, pero muchos corredores estarán de acuerdo que correr con frío, lluvia o nieve, como muchos días de este otoño, es agradable: curte el cuerpo y la voluntad, despeja la mente y para no ponerme solemne, ¿cuándo si no podríamos usar todo ese equipamiento “imprescindible” de nuestro vestuario deportivo?

Y esta fue la crónica de hoy del Retiro, donde hoy sí que no ha pasado más que el tiempo.

Lo barato sale caro: Pepecar

Como este es mi blog y puedo escribir de lo que me de la gana quería poner aquí un aviso a navegantes que busquen quejas, reclamaciones o se sientan estafados por esta compañía de alquiler de vehículos que tiene como imagen un personajillo setentero, simpático hasta que tira de navaja y te raja la cara.

Aviso encarecidamente a todos los que se atrevan a alquilar una furgoneta con Pepecar (est. Chamartín) como hice yo en mala hora el pasado sábado, que examinen meticulosamente cada centímetro cuadrado de la luna del vehículo, así como cualquier otro desperfecto (que suelen ser muchos, en dos ocasiones he alquilado y en ambas estaban bastante rozadas), y que se piensen muy mucho si están dispuestos a salir en pelotas a la carretera con la escasísima protección de su “cobertura extra de daños”.

¿Por qué tanta cautela con Pepecar?

La otra ocasión ni me miraron la furgoneta (de hecho, la puerta no cerraba con llave y ni me lo dijeron cuando me la llevé ni cuando la devolví), pero en esta al devolverla me dieron el susto de mi vida al informarme que la luna tenía un impacto (ver la foto y “alunizad”) y que perdía toda la fianza de 350 euros, sin paños calientes. Pedí la hoja de reclamaciones para la OMIC, me parece un abuso de poder y de mi buena fe increíble e insoportable:

- El golpe en cuestión medía 3 o 4 milímetros y calificarla como “picotazo en la luna” o profetizar que llevaría a su rajado total es como decir que un rozón en la chapa llevaría a la oxidación de la carrocería. Si no, comprobad las lunas de vuestros coches a ver cuantos golpecillos tenéis sin haber tenido que cambiarlas.

- Estoy seguro que no se hizo conduciendo yo porque no noté ningún canto en el cristal (en una autovía desierta un sábado soleado al mediodía como no te cague un pájaro...) De cualquier manera es materialmente imposible haberla detectado en la entrega, porque la furgoneta te la dejan en una zona del parking poco iluminada, no te acompañan a recogerla y como mucho te dicen “que la arrimes a la entrada de la tienda” para ver los desperfectos que figuran en el contrato. Eso sí, cuando la devuelves ellos la meten en su túnel de lavado con el techo lleno de fluorescentes. Y lo que no te imaginas es que tienes que buscar desperfectos milimétricos.

- Aunque lo hubiera ocasionado yo, nadie está exento de que le caiga una piedrecilla del coche de delante, y asumir el riesgo de perder 350 euros de fianza en ocho horas de alquiler es desaforado, de saberlo nadie alquilaría un vehículo. Es lo mínimo que incluye cualquier seguro, rotura de lunas. Esto es lo que informo aquí. Lo barato sale caro, cuidado con Pepecar.


(PD: he visto que los empleados de Pepecar son bastante activos en los foros donde les ponen a parir. No os molestéis, para vuestra información en este blog no hay libertad de opinión para entes non gratos ni vástagos de peripatética)

domingo, 21 de diciembre de 2008

XXV Carrera de Aranjuez

Por tercer año consecutivo he corrido en Aranjuez, para mí la última carrera "seria" del año y una de las fijas en mi calendario. Esta ocasión, más disfrute por un día luminoso y agradable en contraste con el frío que pasamos el año pasado. A mi entender, los que se han abrigado, que los había y muchos, se han equivocado ya que sobraban hasta los guantes.

Como en ocasiones anteriores, nada ha decepcionado: el habitual recorrido panorámico por los jardines de Aranjuez franqueado por árboles, prácticamente llano excepto una cuesta en el kilómetro 8; una organización impecable y una estupenda bolsa de corredor con mochila, camiseta y vituallas. No es de extrañar que los dorsales vuelen en uno o dos días.

Y mi actuación, buena pero no la mejor, he perdido 23 segundos respecto la última carrera pero no lo suficiente para haber bajado otra vez de 39 minutos. Como sospechaba, estoy en regresión, tanto entrenamiento de calidad y competición no puede mantenerse indefinidamente sin pagar peaje. De cualquier forma, presiento que la carrera de hoy más el descanso por la festividad de esta semana me permitirá recuperar y hacer un buen tiempo en la Carrera del Turrón en Arroyo (Valladolid) el próximo domingo.


domingo, 14 de diciembre de 2008

Regresión a la media

El viento del Juan Carlos es muy honesto: siempre va de cara, vayas por donde vayas. Esta mañana además traía consigo una sensación térmica que rondaba los cero grados, haciendo aún más duras las series de dos mil con las que me estaba flagelando. Al menos este domingo no me cayó la chupa de agua del pasado, que tocaron 800 con hijuelas.

Para distraerme de las miserias de los 2 miles, me entretenía pensando en la miríada de corredores que pululaban por el parque, bastantes más que cuando hacía mejor temperatura, quizás por la proximidad del único evento deportivo anual de muchos que es la San Silvestre vallecana. Meditaba que en el JC1, por lo general, rodar por debajo de 5' implica rebasar a casi todo el mundo y por debajo de 4' pasar como un huracán. Tengo que reflexionar por qué hay esta diferencia tan notable con el Retiro, donde se aprecia la presencia de populares de más nivel.

Otro de mis onanismos mentales ha consistido en cavilar cómo la posición en el espacio de la Tierra respecto al Sol influye en que recibamos esta especial luz tan propia de fechas cercanas al solsticio de invierno, que coincide con la carrera de Aranjuez el próximo domingo y que me ha traído pensamientos tan festivos como la llegada periódica de un asteroide a la Tierra. Lo del espacio, no lo de la carrera.

Lo que me ha inspirado Aranjuez no ha sido mucho más alegre, porque siento que mi progresión parece haberse detenido, los días de series no me noto tan fuerte como hace algunas semanas, lo que me hace sospechar que mi esperanza de mantener mi última marca o incluso bajarla, bastante infundada por otra parte, puede quedar en eso, una esperanza.

O sea que, estadísticamente, si no he dejado de mejorar desde hace meses, en algún momento tengo que regresar a mi media, donde quiera que esté. Mejor no obsesionarme, es el final de una temporada bastante productiva, afortunadamente no he tenido ninguna lesión y todavía quedan un par de carreras para echar el resto.

Y esta fue la crónica del JC1, donde los hombres tienen el cromosoma XY, las mujeres XX y las cotorras que están expulsando las aves locales, ni idea.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Placer Solitario

Hacía tiempo que no lo experimentaba yo solo, y he llegado a la conclusión de que cuanto mayor se hace uno más aprecia más la esencia del placer y menos la compañía para conseguirlo. Recuerdo ahora aquellos tiernos años en los que lo compartía con mis parejas, espontáneas o recurrentes, jovencitas más o menos inocentes, en su primera vez o no, a las que me gustaba robar miradas furtivas durante el acto y observar su reacción. A unas las veía sorprendidas, a otras arrobadas, a las menos aburridas deseando que terminase. Y ya años después, con pareja estable, miraba la dulzura y seguridad del conocimiento mutuo.

Hasta que ayer, por falta de ocasiones de hacerlo acompañado, se me presentó la oportunidad de disfrutar en solitario de uno de mis placeres favoritos. Lo cierto es que éramos cinco, pero muy separados, gozando ellos a dúo y yo en soledad. Solamente dos parejas y media en todo el cine, deleitándonos con la última de Bond, James Bond. Porque ¿de qué hablábamos, si no? Otra de mis citas con la vida es ir al cine a cada una de las nuevas entregas de 007, desde que tengo uno de razón, presupuesto económico y capacidad de utilizarlo. Por supuesto, he visto todas ellas (las antiguas en video, claro) y cada vez que me sorprendo en la oscuridad de una sala agitado como un niño me doy cuenta que muchas cosas pasan pero la esencia permanece.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Ahora que vamos despacio

Este invernal otoño que estamos disfrutando nos ha deleitado hoy con un triplete de aguanieve, granizo y, para desconcierto final, sol. Y los pocos corredores que nos hemos aventurado al exterior, encantados, más por estética que por otra cosa, aunque en mi caso contarlo es un plus: el mismo rodaje tranquilo de cada lunes, rodeados de infinitas esferas blancas, todas iguales, ha sido como estar dentro de una de esas bolitas de cristal con motivos navideños y nieve falsa.

Y esta fue la crónica del Retiro, donde nunca pasa nada y hoy, aún menos.