domingo, 7 de febrero de 2010

Subida al puerto de Canencia

Me estoy convirtiendo en un dominguero monotemático con mis artículos. Pero al igual que los corredores dejan para el domingo sus salidas largas, lo mismo hacen los ciclistas.

Hoy subí mi primer puerto, Canencia, aprovechando que estrenaba mi flamante cassette Shimano Ultegra 11-23, que dicho sea de paso al ser cromado no ha dejado de darme la impresión de que he tuneao la burra. Pero mola.

El tiempo me ha acompañado y los hados me han sido propicios para poder superar la pendiente del 8-9% que marcaba mi Garmin desde que llegué al pueblo de Miraflores, aunque haya tenido que pedalear enganchado con el plato pequeño y el 21 ó 23, o sea, todo lo que daba.

El paisaje era impresionante, aunque en mi situación poco podía disfrutarlo, ocupado como estaba echando madera a la caldera para escalar. Vi montones de nieve en la cuneta, encinares y bosques espesos, y llegando al puerto pequeños arroyos corriendo por la ladera.

Cómo no, tocaba novatada, que pudo ser seria, pues a la entrada de una de las primeras curvas de la bajada, al frenar se me ha cruzado la rueda trasera en un giro de 180 grados y he dado con los huesos en el suelo cuando bajaba a buena velocidad. Rápidamente me he incorporado, he revisado que la bici estaba bien y yo también, por ese orden porque estaba a 50 kilómetros del coche, y de vuelta antes de quedarme frío y sentir el golpe.

Sin más novedades es una bajada rápida hasta la Academia, total, 92 kilómetros en 3 horas y media. Parte de guerra: agujero en la malla, agujeros en las polainas, rozón en el sillín, en un pedal, en el cambio. Agujero en el guante. Gran rozadura en el muslo derecho. Enorme satisfacción por haber coronado mi primer puerto, y comprobado que el nuevo juego de piñones no sólo me permite subir mejor sino que los cambios son más suaves. Y nueva experiencia para tener siempre en cuenta: cuidado en los descensos, las ruedas pueden patinar y el accidente puede ser importante.

Y mañana, comienza otra semana como la anterior, colmada de compromisos laborales, hasta tal punto que si no me levanto con los pájaros para entrenar me convertiré en un deportista sedentario de los que salen los fines de semana. Es tan duro encontrar el momento como aprovecharlo, suerte a todos los que tienen que hacerlo de continuo... Porque tú lo vales.

1 comentario:

  1. Bueba suerte esta semana, no sé cómo pero siempre sacamos un huequecillo para cumplir con los entrenamientos.

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