lunes, 31 de enero de 2011

La alegría de la huerta

El zoon politikon como lo llamaban los griegos cumple ya milenios, y aunque como en todas las artes ha evolucionado, permanece como el primer día el ánimo de convencer a los demás de los argumentos propios. Es intención muy lícita y loable y para la que se han desarrollado desde tiempos inmemoriales muchas y variadas técnicas.

Algunas con mayor fortuna que otras.






Desde el carril bici, informó corriendoeneljuancarlos.blogspot.com

domingo, 30 de enero de 2011

Recuerda que eres mortal


Le decía el esclavo que portaba los laureles al general de turno en el desfile de la victoria cuando cruzaba Roma.

Así me dice mi rodilla después de una semana completa de entrenamiento. He ido poco a poco, un 10% más de tiempo de ejercicio que la anterior, pero hay algo ahí que no está bien. Vuelven los problemas de diciembre, de nuevo los chasquidos. En tres semanas cita con el traumatólogo, que será el paso previo para una resonancia que me saque de dudas.

Mi menisco se resiente de una lesión de esquí, de cuando era tan estúpido que pensaba que podía recuperarme de cualquier cosa. Que pena que no corriera por aquella época, entonces habría conocido un poco más de mi cuerpo y me habría cuidado. Después de varios años de patada hacia adelante, quizás haya llegado el temido momento de pasar por un quirófano. No hay mal que por bien no venga, si hasta podré volver a ponerme en cuclillas...

sábado, 29 de enero de 2011

Sublime

Al final encontré un rato para salir a correr, después de la siesta. Siguiendo el plan, sin pretensiones. El mal tiempo ha ahuyentado a la mayoría de la gente de mi pecera particular, el JC1. Mejor. Troto sin mirar el reloj, aunque de vez en cuando oigo pitar un kilómetro. Da igual. Sólo quiero meter volumen, nada más.

Silencio, hasta de repente, una gaita. Será el tipo que practicaba en el aparcamiento de los patinadores, que ha considerado que puede tocar dentro del parque. Por mí perfecto. El sonido llega a mi cristalino, porque está tocando en un altozano. Alucino. Corro y escucho la gaita. Por un momento pienso en dar un rodeo para darle las gracias. Por procurarme ese bálsamo. Ese ánimo. Esa imagen para no olvidar.

Cuando termino miro el reloj. 11kms a 4:33. Debe ser cierto que el cuerpo tiene memoria. Para sorprendernos.

viernes, 28 de enero de 2011

Pataleta urbana

¿Alguien tiene un personaje favorito? Sea bienvenido al tablón del pataleo.

¡Mamás apresuradas! Educad a vuestros retoños en comportamiento cívico pitando al ciclista para que se aparte de su carril, para al segundo siguiente adelantarlo a la distancia suficiente para ver sus pupilas dilatadas de puro miedo. Haced luego algún chiste sobre las ridículas teorías del cambio climático y cantad la canción de Ilegales "soy un macarra, soy un hortera, voy a toda osxxx por la carretera".

¡Enamorados! No os limitéis a pasear cogidos de la mano por el carril bici. Extended los brazos y jugad a cadeneta, os divertiréis más y dejareis menos sitio para pasar.

¡Conductores demenciados! ¿Por qué limitarse a acelerar cuando un ciclista se aproxima o está encima del paso de cebra? Esperad un poco más y abrid la puerta cuando esté en medio, seguro que su expresión es hilarante. Luego tararead la nana que os enseñaron vuestros papás: "soy un macarra..."

¡Alcaldes de Madrid! No despilfarréis el dinero de los contribuyentes en faraónicas obras pseudoecológicas. Es más barato contratar guardias y desarrollar programas de educación vial, a lo mejor en 30 años nos parecemos a nuestros vecinos de Europa.




jueves, 27 de enero de 2011

With Gusto

Sin mucha ambición he retomado mis entrenamientos coincidiendo con esta semana de frío y mal tiempo, pero al menos disfrutando con las endorfinas corriendo de nuevo por mis venas. Un par de rodajes a ritmos tranquilos, para acostumbrar de nuevo las piernas a los kilómetros y al impacto de muchas zancadas con la ayuda del entusiasmo de un grupo de corredores recién abducidos, buena compañía para salidas con charla y ritmos adecuados para volver a empezar.

El domingo pasado, con unos disuasorios cuatro bajo cero, en lugar de colgar la bici traicioné a mis principios y bajé a la estática con un par de revistas, sin nada previsto. Una resistencia floja, y a meter cadencia entre 90 y 100 pedaladas hasta dar la vuelta a los 99 minutos del marcador. Después de mas de un mes sin coger la flaca, no me apetece hacerlo sin un mínimo de preparación.

Y lo más agradecido de todo, nadar. No sé si por haber sido la actividad que he mantenido casi regularmente o por requerir tanta técnica, he sentido de nuevo la agradable sensación de deslizarme por el agua durante largo rato, sin el cansancio que me acompaña corriendo. He leído que al cabo de tres semanas sin entrenar el nivel de VO2 máximo se reduce en más de un 10%, y debe ser eso lo que noto.

También me he despedido de mi nuevo amigo el ganglión, también apelado con el poético nombre Quiste de Baker, que ha desaparecido tan discreto como vino, eso que el radiólogo lo midió y tenía 26 mms de diámetro, menudo el alien que pillé en la carrera Proniño. Ya sólo falta que el mes que viene el traumatólogo me diga que mi menisco está bien y seré un hombre feliz.

Poco a poco, y lo mejor, with gusto.






sábado, 22 de enero de 2011

21 días

Si tuviera que dar un consejo sería: no te pongas unos parches Compeed. Puede que te vayan bien para los pequeños rozamientos en tus zapatos de tacón, pero si son unas heridas de una carrera de la que no quisiste retirar porque tu pundonor no te lo permitía, mal asunto. No sirven. El primer día van bien, pero después empiezan a tomar un extraño color debajo de su blanco que no da buena espina. Tampoco acompaña el olor. O sea, que a lo clásico, desinfectante y tirita para poder ponerse los zapatos, y si no al aire.

Por lo que he escrito está claro que he pasado muchos días con unas ampollas elevadas a la categoría de heridas. En concreto tres semanas. He corrido varios maratones y muchas carreras, y nunca había pasado por nada igual. Uñas negras, rozaduras, ampollas... Nada hasta esto. No sabía lo que era tener que tirar los calcetines por la sangre que los cubría. Y recordarlo a cada paso que daba con unos zapatos, apretando justo sobre la herida.

Al cabo de tres semanas ya no necesito tiritas. Ya no salen fluidos al quitar las vendas. Esta mañana me animé a correr 12 kilómetros, para terminar completamente desfondado. Sin ganas, sin control, pero disfrutando la vuelta. El hielo cubriendo la superficie de los estanques del Juan Carlos. Si hasta me sangraba la nariz al terminar, del esfuerzo. Pero un paso sigue a otro, y el anterior es indispensable. Y con la ventaja de que no estoy obligado a padecer las sesiones de calidad. Menuda despedida de 2010...

domingo, 16 de enero de 2011

El Hombre Deshabitado

El hábito es imprescindible para conseguir culminar con éxito tareas personales de larga duración, una vez definida una planificación. El hábito es también un refugio, la tranquilidad que protege de la agitación de la vida moderna en la gran ciudad.

Es difícil adquirir un hábito de estudio, de trabajo, de deporte. Y fácil perderlo. Salvo cuando son malos hábitos, donde la situación se invierte: fácil entrar, difícil.

La lesión de rodilla, las ampollas que no se curan, problemas logísticos, reuniones, comidas y viajes de trabajo,... Pasan las semanas y no termino de remontar. Lo peor, cuanto menos se hace, menos se quiere. Se pierde la rutina y poco a poco desaparece la voluntad, el sentido de lo que se hace. Me apena un poco no disfrutar del vaso por desear la botella. Desdeñar una salida porque las siguientes tarden en llegar.

Necesito una receta para la crisis de motivación. Un plan que sobreviva donde no es posible planificar. ¿Recuperaré mi tiempo? ¿Podré completar algún triatlón de larga distancia alguna vez? ¿Correré algún maratón de nuevo?

domingo, 9 de enero de 2011

Reinventando a Fernando

Ahora entiendo lo del talón de Aquiles. Pobre tipo, cómo debió dolerle el flechazo, si yo con una ampolla en cada talón llevo más de una semana en el dique húmedo. Aunque al menos he nadado, después de 10 dias sigo con el contador a cero en la carrera a pie, lo que hacen ya tres semanas sin entrenamiento regular.

Correr es muy ingrato. En cuanto pasan unos días sin entrenar, la forma empieza a resentirse, el cuerpo empieza a habituarse a la vida sedentaria y la mente se va acomodando, con una mezcla de depresión y de pereza inquietante. Depresión por carencia del hábito (¿Adicción a las endorfinas?), pereza para volver a los niveles anteriores. Todo ello con la imposibilidad física de caminar sin dolor por las heridas.

Para salir de este círculo vicioso, he tomado varias decisiones y hacer borrón y cuenta nueva. La primera, desapuntarme del Duathlon de Rivas del mes que viene, para el que no estoy preparado ni voy a estarlo en breve. Fuera presión. Después, algo para engañar a la mente como preparar una nueva hoja de cálculo para llevar mis registros de 2011. Además, un plan práctico de planificación de cuatro semanas para estos casos, casi desde cero.

Y finalmente, un paso adelante. Hoy me lancé al JCI sin reloj, ni prisa, a trotar lo que el cuerpo me pidiera, con mesura. Al cabo de seis kilómetros mis talones me mandaron para chiqueros, dolorido pero con la sensación de haber hecho lo correcto.

Una vez más, I will be back...

lunes, 3 de enero de 2011

Resumen 2010

Empleando un término taurino, estoy para el arrastre. Camino como el cruce de Robocop y el robot del mago de Oz, con una ampolla abierta tamaño 2 euros en cada talón, justo a la altura del contrafuerte del zapato. Cada paso es un suspiro, y qué duros son los zapatos de vestir… voy a intentar venir con pantuflas al trabajo, de esas de cuadros, a ver que tal. Ni en todos los maratones que he corrido he sufrido nada similar, ni durante ni después. Aunque si hubiera sido durante no hubiera terminado, qué dolor.

Menos mal que el triatlón son tres deportes y ahora puedo practicar monoatlón acuático, para que la moral no decaiga por este obligado parón. Si se llama no decaer a la paliza que me ha dado este mediodía en mi calle una muchacha con sus volteos perfectos y elegante brazada.

Para contentarme, como todos los comienzos de año dejo constancia en mi bitácora de un resumen con algunas estadísticas de mis entrenamientos en 2010:

- 1500 kms de carrera a pie

- 2600 kms en bicicleta (no cuento unos 300 para ir al trabajo)

- 200 kms a nado

- 12 días y 8 horas de caña, de media 6 horas semanales

- 4 días y medio corriendo, de los cuales el 75% fueron rodajes de media 4:42 y el resto calidad a 3:38.

- 5 carreras de 10 mil metros o similares

- 1 media maratón

- 1 duatlón largo

- 2 triatlones olímpicos (uno no finalizado por pinchazo)

- 1 triatlón sprint

- 1 travesía

¡Cómo van sumando todos los pocos de los entrenamientos! Ahora esas cifras se me hacen mucho, y aunque rendimientos pasados no implican rentabilidades futuras, de todas ellas hay una que puedo extrapolar a futuro: con mi estructura y condicionantes vitales, mi límite de entrenamiento se encuentra en torno a las 6 horas por semana. Lo que me limita a triatlones “cortos”. Pueden estar tranquilos los ironmanes, pero… ¿y los medio ironmanes…?