La lluvia apareció poco antes del mediodía, sorprendiéndome en el trabajo sin haber traído chubasquero. Vaya, no tengo más remedio que quedarme, buscaré un grupo de compañeros para almorzar tranquilamente, y ponerme al día de los últimos cotilleos de la empresa, y de paso avanzar con esos flecos de trabajo, y también debatir un poco sobre lo divino y lo humano, y… y una mierda.
No puede ser muy mala el agua si donde hay agua hay vida, o eso opinan los astrobiólogos. O sea, que encima de la bici y caminito del JC1, que se acerca el 10 mil del 1 de noviembre, la carrera del BBVA, y hay que hacer los deberes. Gran pereza, pardiez, para zumbarle a la calidad en un día tan gris, pero me inspiro en mis compis del Retiro, que aunque llueva hoy no fallarán, y el que lo haga sin un motivo serio será objeto de las burlas del resto, que lo calificarán como azucarillo o algún otro elemento hidrosoluble.
Por eso, solo pero en compañía distante, en el día de hoy he vencido y desarmado 7 miles 7, descansando un minuto, sobre tierra y bajo agua, a 3’53 de media. El último, con muy buen augurio, ya que un enorme cisne ha despegado del lago por mi derecha, batiendo sus alas con un fuerte sonido que me recordaba a un zapateado persiguiéndome.
Y como siempre que corro bajo la lluvia, vuelvo al trabajo lleno de paz.
Llega el viento, la nieve, el granizo y la lluvia, los blanditos se quedan en casa y por fín se puede correr a gusto.
ResponderEliminar¡Y que no dejen de hacerlo!
ResponderEliminarsí señor así me gusta, dándole con ánimo , además de aquí a marzo ya sabes lo que espera ( y en Pucela ni te cuento ) parece que nos hemos puesto de acuerdo, yo hoy he hecho un 15x400 entre charcos y barro a 1.23 de media. Lo bueno es que sólo había un tío paseando al perro y duró 10 minutos
ResponderEliminar¿Pudiste con la pereza? Enhorabuena.
ResponderEliminar¡A disfrutar del otoño!