miércoles, 4 de noviembre de 2009

Interludio

La semana transcurre apacible, calma como la llegada del otoño y de lo que definitivamente parece el tiempo propio de esta estación, para que yo me recupere de la paliza de la carrera del domingo. Si las agujetas son micro roturas, las moléculas de agua son micro tiritas, y la piscina del lunes y de hoy me han dejado casi como nuevo. Muy recomendable. Por cierto, hoy hemos nadado con aletas toda la sesión, que además de transmitirte una suave sensación de velocidad te permiten concentrarte en la técnica, tan importante en este deporte como dominar un buen swing o un revés.

Entre medias de las sesiones de agua ayer forcé un rodaje rápido, más de 12 kilómetros en 55 minutos (de nuevo entrenamiento de umbral), para no dejar al cuerpecín que se relaje y obligarlo a recuperar de cara al jueves: siguiendo la estela de la sucursal del Retiro, tocan 30 series de 100 metros para dar la chispa necesaria para los 10 miles. Se admiten voluntarios para sobrellevar ese cáliz.

Ya está decidida la próxima. Este año por exigencias del guión no estoy en Canillejas, pero el día 22 correré lo que fue la efímera Carrera Perfecta (creo que el horno de Nissan no está para bollos), que este año tiene un rebuscado nombre como Madrid Corre Por Madrid o algo así (www.madridcorrepormadrid.org). El recorrido es el mismo, y como fue la primera ocasión en la que bajé de 40 minutos en esta distancia espero que me sea favorable de nuevo, pese a que recuerdo con horror la cuesta de los Libreros y Alfonso XII y un estúpido giro de 180º. Repasaré el post del año pasado por si encuentro algo útil entre tantas zarandajas que escribo, y a los compis del Retiro que me leéis, espero veros allí (aunque sea la espalda).

 

 

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