Hoy quedé con otro Tripi residente en Madrid, y subimos el puerto de Canencia, de segunda categoría, 1524 metros. Como un reloj, he ido y vuelto en el mismo tiempo que hace unos meses, pero esta vez sin caída por medio. Eso que la sensación ha sido de mayor velocidad, puesto que hoy he probado un nuevo acople en la bicicleta, que te permite ir tumbado sobre el manillar.
El tiempo de esta semana ha sido de lo más traicionero. Hoy amanecía claro el día, por lo que me equipé de corto, sin llevarme unos manguitos o siquiera una camiseta interior. Así, bajando del puerto, sin dar pedales en unos kilómetros, he llegado a tiritar, deseando poner el motor a tope para subir temperatura.
Pero gracias a este tiempo raro, el martes pude entrenar en la piscina olímpica del L.A. yo solo en compañía de mi neopreno y de un grupo de socorristas acurrucados bajo un tejadillo porque llovía. El jueves volví a nadar solo, pero sin pretenderlo, porque no llevé traje y cuando salí del agua no sentía los pies, tuve que correr varios kilómetros para recuperar los dedos.
Esta semana se han abierto las inscripciones del triatlón del Juan Carlos, hay una versión sprint para los federados y medio sprint para los populares. Me he apuntado a la primera, relamiéndome de hacer un triatlón en "mi" parque y contarlo aquí.
Y para acabar, para mi colección de cretinos del anillo verde, he encontrado un nuevo ejemplar: el Ciclista Dorsalis, un osado deportista que necesita mostrar a todos que sus saltos por los bordillos en los semáforos y maniobras imprudentes están refrendadas por el dorsal de esa carrera que corrió con su bici, que ya empieza a amarillear pero no lo quita.
Saludos y buena semana.
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