domingo, 27 de junio de 2010

I Duatlón Espinosa de Villagonzalo

Y primero mío también.

Se abren los boxes y cuelgo la burra en la barra. Pego un par de geles en el cuadro, porque me da un poco asco mezclarlos con agua como he visto hacer. Llevo otro par en el portadorsal por si acaso. Coloco el casco encima del manillar para poder distinguirla mejor, y hago un par de entradas para ver donde se ubica. Después salgo a calentar con Chema, el otro Tripi que ha ido a Espinosa, con pocas ganas porque hace mucho calor, son casi las 4 y media.

El juez nos cuenta el recorrido, que soy incapaz de retener, y las rayas donde montar y desmontar, mientras apresuradamente las pintan en el suelo con espray. Somos unos 60, acostumbrado a las megacarreras de miles esto es un chiste. Me pongo en segunda fila, pero la verdad es que con los que somos podría bailar breakdance sin molestar a nadie alrededor. Bocinazo, por fin vamos. Varios cientos de metros y el grupo empieza a alargarse. 3:52 por minuto dice mi Garmin, demasiao, quiero hacer el 10 mil suave, pero en no más de 45 minutos.

Bajo el ritmo pero no hace falta pensarlo mucho, porque subimos casi cien metros en menos de 2 kilómetros, por un camino en el campo. Esta cuesta va a picar luego... y al llegar arriba bajamos lo mismo o más en un rompepiernas que afortunadamente no está muy mal, para al cabo de un pequeño llaneo atravesar un campo con rastrojos. Gracias a que han pasado con el tractor o un TT podemos seguir una rodera. Otra cuesta arriba fuerte y ya nos dejamos caer al pueblo, para repetir otra vuelta igual.

Avituallamiento. Agarro una botella con ansia, y bebo bastante junto con un gel con cafeína. Yo no suelo beber más de un trago en una media, pero este calor... y cómo picaba la cuesta... perdí de vista a los primeros hace tiempo, y cuando llego a boxes faltan muchas bicis. Creo que he hecho los primeros 10k a 4:30. Rápidamente me pongo el casco, me cambio las zapatillas por las de la bici con facilidad, porque llevo gomas, y salgo corriendo a la raya. Luego veré que he tardado 50 segundos en hacerlo. Un juez me llama la atención para que me abroche el mono, llevo la cremallera hasta abajo. Casi me caigo con la bici al hacerlo, pero monto y arranco.

A menos de un kilómetro del pueblo engancho a uno, va pedaleando como borracho, o no ha entrenado una transición nunca o le ha afectado demasiado el calor. Sin pensarlo más me tumbo en el acople y le paso, tomando cadencia con el plato pequeño para meter el grande. Al morder el gel me salpica entero, y el azúcar hace que me acople de verdad a la barra. Qué asco...

El gemelo izquierdo ha intentado subirse varias veces, pero me pongo de pié para estirarme y se calma. Por lo demás, el recorrido de bici no se me hará muy duro, dos vueltas que sumarán 47 kilómetros. Apenas cuatro o cinco de los que han corrido más lentos que yo me adelantan. Con dos de ellos tendré un rifirrafe casi a lo largo de toda la bici, para salir victorioso, aunque cansado. Un tipo sin pedales automáticos me da mucha guerra, hasta que me lo despego en la segunda.

No se permite el drafting, y los últimos kilómetros de llegada al pueblo voy solo, acompañado con la lluvia de la tormenta que ha empezado a caer y me emborrona las gafas. Pero lo agradezco, porque tengo mucha  sed, aunque no he parado de beber, en el avituallamiento de la segunda vuelta se me fue por el otro lado y casi vomito delante de todos los paisanos, tosiendo como un poseso. He hecho esta sección en una hora y media, un poco más rápido que 30 km/h.

Entrando en boxes oigo al ganador que llega a meta, joder, y a mí me faltan 5 kilómetros y pico... empujando la bici me desabrocho por instinto el casco, sin quitármelo, y el juez me vuelve a hablar. "- Tienes tarjeta amarilla-" "- Bueno, algo tenía que hacer mal para ser el primero". Me pongo las zapas con las gomas y con las piernas pesadísimas salgo a por la última. Un mozalbete me da una botella y con sorna se mofa de mí "- Venga, que con un poco de suerte terminas". Yo no tengo aliento para replicarle si a ver si con mi edad tiene mis cojones para hacer esto, y sigo.

La cuesta. Por tercera vez, sólo cambia que ésta llueve. Veo tipos que la suben caminando, y pienso en los cadáveres del kilómetro 30 de un maratón, desorientados, derrotados. "Venga", digo a uno al pasar. Bebo de la botella. ¿Y si me paro yo? ¿Un poquito sólo?  Mierda, yo he corrido tres maratones, sé de qué va esto, sigo trotando, a unos ridículos 5:12 en esta vuelta. "Animo", digo a otro. El tipo arranca y me adelanta. Menudo negocio he hecho. Otro trago. Cuesta final. Se ha juntado a otros dos, y los tres van delante, de charleta.

Entramos en el pueblo, yo ya harto de llevar la botella pero no quería tirarla en el campo, la apuro, la lanzo a la acera y acelero. Si paso a este grupete subiré tres puestos en la categoría. Los tipos me saludan, como si fueran de fútin, pero son incapaces de acelerar lo más mínimo. Soy un velocista a 4:50 el minuto, la media de esta vuelta... Cruzo la meta y me bebo del tirón un acuarius y una botella de agua, refugiado de la tormenta apoyado en una pared, con dos paisanos que me preguntan cosas que no recuerdo. 2 horas y 46 minutos dándole. 16 kilómetros de carrera y 47 en bici.

Cuando me recupero un poco recojo mi bici. Me encuentro con el juez que me dice que en este deporte hay que pensar, y soy amable y no le digo lo que efectivamente pienso, "sí, hay que ser el puto Karpov", me llevo mi máquina al techo del coche, me quedo en pelotas dentro para secarme con una toalla y ponerme otra ropa y con un paraguas voy a la estupenda merienda que nos han organizado esta gente, qué amabilidad. Tortilla, empanada, de todo. Y allí departen con los corredores. Da gusto.

Pero tengo prisa, me marcho al coche y de camino me bebo otro botellín de agua. Voy recuperando y mientras Amaral canta en la radio la canción de Nicholas Cage en Leaving las Vegas, yo lagrimeo como un idiota. Esto ha sido muy duro, pero soy duatleta.

3 comentarios:

  1. ¡OLE!

    ...y sin pinchar....
    Para que luego digan.
    En la próxima competición cambiamos la primera carrera a pie por algo de agua y ya tenemos un Triatlón.
    Pedro.

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  2. muchachito de valladolid30 de junio de 2010, 14:48

    estás hecho una p...máquina compañero , si yo intentara hacer lo que tú, me habría caído de la bici, habría vomitado tres veces por atrgantarme y no sé si hubiera llegado

    Enhorabuena

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  3. Buenísimo Fernando, lo que me he podido reir con tu entrada, eso de "si, hay que ser el puto Karpov",..mundial,...que máquina ! ! ! Muchos ánimos y a seguir sobre todo con ese buen humor.

    FER

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