domingo, 13 de junio de 2010

XX Triatlón Medina de Rioseco

El viernes no las prometían muy felices para esta prueba. Un chaparrón continuo por la noche desde hace una semana, con la temperatura rondado los 14º. ¿Pero los triatlones no eran en verano? La mañana del sábado se levantó del mismo pelo, desapacible pero sin mucho viento por lo menos. Y yo como el tiempo, con nervios, muchas incógnitas, sobre mi preparación, las transiciones, el equipamiento, la lluvia y la bicicleta...

Llegué a los famosos boxes y después de colgar mi bicicleta de una barra y colocar alrededor las zapatillas de ciclismo y de carrera, el dorsal, los geles, el caso y las gafas, imité los movimientos del grupo y empecé a vestirme de neopreno, y a caminar hacia la salida. Me impresionó ver ese nutrido grupo de hombres y mujeres en caucho, todos con un gorro azul pálido, zambulléndose con parsimonia en las verdosas y frías aguas del canal.

La dársena del canal de Castilla era el lugar donde se recibían las barcazas, y la de Rioseco es la más grande, de 300 y pico metros de largo por 50. Para nadar los 1.500 metros se requiere una vuelta completa y otra un poco más extendida, invadiendo un trozo de canal.


Muy concienciado de los golpes, me coloco en la parte de atrás del grupo y tras la bocina de salida de una zodiac empiezo a nadar lentamente, para dejar que se abran espacios. En poco tiempo tengo toda la libertad que necesito para no agobiarme y me concentro en nadar y en no torcerme del camino señalado por las boyas, lo que consigo excepto en algunas ocasiones que tengo que rectificar bastante.

Parece que no se acaba nunca, pero ya voy por la segunda vuelta. El agua está fría pero el traje me mantiene caliente y encima me levanta como un corcho. Además está limpia. A veces me enredo con alguna planta pero no trago ninguna cantidad apreciable. Voy muy conservador para no desgastarme, pero durante muchas brazadas debo respirar solamente de un lado para tener más oxígeno.

La escalera ya está ahí, voy a subir detrás de uno que ya está agarrado y... no se mueve, le ha dado un pasmo o algo. Le esquivo y subo por un lado y al levantar la pierna, zás, se me sube el gemelo derecho. Me levanto empujando con las manos y mis primeras zancadas cojeo, apretándome la bola para abajo. No va a más y echo a correr, mano izquierda al cuello para quitar el velcro y la derecha a la cuerda, para bajar la cremallera. Ya estoy desvestido hasta la cintura, y las manos han salido de las mangas sin darme cuenta.

Unos metros y estoy junto a mi bici, todavía hay muchas en boxes, y sin darme cuenta me he quitado el traje. Tranquilamente me pongo las zapatillas (no he entrenado a ponérmelas en marcha, por lo que no me arriesgo a dejarlas en los pedales), el reloj, el casco, las gafas, el dorsal, y a empujar la bici hasta la línea que marca el juez.

¡A buscar grupo! Salimos tres a la vez, uno muy fuerte y otro a mi ritmo. Arranco el gel que había pegado al manillar y me concentro en morderlo, en lugar de mirar al firme. Error. Hay muchos baches, y curvas para salir del pueblo. Glub, todo el gel de un trago, me acerco al otro para hacer grupo y... he pillado varios baches, notando un gran golpe. La llanta está en el suelo. Pinchazo.

Paro, estupefacto, no puedo tener esta mala suerte. Paro el crono, voy a cambiar la rueda y voy a terminarlo, aunque llegue el último. ¡Es mi debut! Hay gente que se retira directamente cuando pinchan, no fui el único. Odio estos neumáticos, están muy duros. Estoy nervioso, y un matrimonio que pasa al lado empeñados en hablar conmigo. Por fin, puesta, un cilindro de gas para hincharla en segundos y allá voy.

El viento me sopla de frente, llueve y yo aprieto con fuerza los pedales, llorando de rabia. Hay gente que ya está de regreso de la primera de las dos vueltas, y yo apenas he empezado. Veo delante a la que será la segunda mejor veterana y le grito al pasar "¡ponte a rueda!". No puede, porque yo voy lo más bajo y lo más rápido que doy. Veo ciclistas adelante y la distancia se reduce, esto va a ser como en el carril a Soto. 

A unos 8 kilómetros, noto la rueda en el suelo. De repente ya no llueve y se hace el silencio. Estoy parado y recuerdo las palabras que se decían en la Segunda Guerra Mundial cuando se tomaban prisioneros: "For you the war is over".

Doy media vuelta camino al pueblo. Grito ánimos a los de mi club que dan la segunda vuelta, siendo el primero un Tripi. Después de un par de kilómetros tiritando se para una moto y me mandan un coche para ahorrarme el paseo. Me deposita a la entrada en boxes. Hay mucha gente del pueblo, oigo algún comentario pero son todos respetuosos y dando apoyo. "Al año que viene será", contesto amable a un señor que se lamenta de mi pinchazo.

Dejo el dorsal y la bici, y me aparto a un lado hasta que termine la carrera, sin ganas de estar ahí. Para colmo de males aparece la familia para darme una sorpresa en meta, cuando yo ya soy un espectador más. Sabor a fracaso, dulce y pasado como la fruta podrida.

Lo mejor del día: mi miedo al agua y la T1 se ha esfumado. Un clavo saca otro clavo, tengo que buscar otro en seguida. No escribo más, sé de unos neumáticos que tienen una cita con el cubo de la basura.

7 comentarios:

  1. Hola Fernando, si no me equivoco, yo fui quien te acercó en coche hasta Medina de Rioseco. Me ha gustado tu forma de narrar tu primera experiencia en el mundo del triatlón. Espero que ese pinchazo no te separe de nuestra prueba. Ánimo y a seguir. Saludos. Miguel

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  2. Sí, aprovecho para darte las gracias nuevamente, he omitido halagar a la organización por haber ofrecido una prueba buena bonita y barata, ¡y hasta con coche escoba!. Sin duda que esta triatlon va a ser una fija en mi calendario. Nos vemos el año que viene (pedirle al alcalde que arregle esa salida!!! ;) )

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  3. Animo Fernando ........alguien que conozco dijo "Muchos se matriculan y luego no terminan la carrera "
    Estoy segura de que el año 2011 sera tu año.............ademas tienes un casco ........chulo,chulo,chulo

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  4. Un saludo tocayo desde Panama, de un Pucelano emigrado ! ! ! Con tu permiso me quedo por acá, ya me suscribí y subí tu link a mi blog.

    Fernando Revuelta

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  5. Bievenido pues. Yo conocía ya el tuyo también. Un saludo.

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  6. Fer-nan-do.
    ¡Animo! que ya no puedes pinchar muchas veces más....
    Me consta que en Rioseco había varios agujerotes, seguro que se podrá mejorar para próximas pruebas. ¿llevabas suficiente presión en las ruedas? hay veces que una presión insuficiente ayuda a pinchar por llantazo.
    Saludos. Pedro.

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  7. Miguel, que me recogió en coche, me dijo que el alcalde los va a arreglar, jejeje.

    Efectivamente, no llevaba las ruedas a tope, los tenía un poco bajos pero con la lluvia pensé que sería mejor con algo menos de presión que más. Me han faltado unos buenos mecánicos en boxes... jejeje.

    Abrazos. Fdo.

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