Esta mañana casi todo parecía igual. No había billetes por las calles ni perros atados con longanizas. Hubo que venir a trabajar, como todos los lunes. Supongo que la tasa de paro seguía al mismo nivel, por mencionar un problema. Pero había algo vidrioso en los ojos de españolitos y españolitas que delataba que habían pasado por una metamorfosis extática. Cómo después del asesinato del presidente de EEUU, cuando la gente se preguntaba “¿dónde estabas tú cuando mataron a Kennedy?”, la gente hoy se pregunta con una infantil sonrisa en los labios “¿dónde viste tú el partido?”.
Pena que a mí no me guste nada el fútbol y me aburra soberanamente ver deportes en la tele, porque nunca podré llegar a comprender esta dicha. Eso sí, me provoca hilaridad las reacciones contra esta alegría espontánea e inocente de nacionalistas celosos de esta movilización y de sus símbolos. Me gusta observar como por una vez nos sentimos orgullosos de ser españoles y lo manifestamos, sin vergüenza ni mirar atrás ni sospechar de nuestras banderas.
Y me gusta, por qué no, estar hoy rodeado de pastorcillos de Fátima después de haber tenido una visión.
PD: Yo confieso, fui uno de los pocos que no vio “el partido”. La última vez que vi uno fue en el Mundial del 82, cuando Bélgica ganó a España en cuartos (¿trauma infantil?). Me hubiera gustado, pero soy incapaz de concentrar mi atención en un partido más de dos minutos.
Me ha gustado esta entrada Fernando. No sólo vamos a escribir sobre carreras. Una puntualización, se nota que no te gusta el fútbol porque lo de España y Bélgica fue en México 86.
ResponderEliminarJAJAJA ¿ves lo que te digo? Cuando era pequeño veía Estudio Estdio para tener conversación en el colegio los lunes...
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