jueves, 30 de septiembre de 2010

De otra pasta

Al final este blog se va a convertir en un rincón de crítica literaria de andar por casa, porque en lugar de protestar de casi dos semanas de resfriado y tos que me impidieron correr los 10k de Madrid corre por Madrid (que juego de palabras tan ingenioso y farragoso), lo que me apetece es comentar los libros que estoy devorando ahora.

Después de un rápido paso por Japón con "Botchan" y "La Batalla de Iwo Jima" he empezado con tremenda sorpresa dos libros de ochomiles, "K2" de Ed Viesturs e "Into Thin Air" de John Krakauer. Estoy impresionado por las narraciones reales de sus autores y las imágines increíbles que transmiten sobre el comportamiento humano en tan inhóspitos entornos, el K2 y el Everest.

No voy a explicar más su contenido, que sin haber terminado recomiendo sin dudarlo, pero comparado con los montañeros, en concreto los ochomileros, el maratón o cualquiera de los deportes civilizados que practico es un chiste.

Intento hacerme una idea comparando con una carrera:

El dorsal cuesta miles o decenas de miles.

El recorrido no es el mismo para todos pero hay alguno más aceptado que otros.

Vas a la carrera a sabiendas que de cada cuatro que ha participado en otras ediciones uno morirá.

Puedes esperar durante meses para poder tomar la salida un día con buen tiempo.

No es raro darse la vuelta a un kilómetro de la meta porque de repente amenaza una tormenta y tener que empezar de nuevo.

Cada paso se ralentiza y hace más duro porque no entra oxígeno en el cuerpo. Piensas con dificultad.

Haces varias noches de camino y en ocasiones tienes que retroceder para dormir.

Las cuestas pueden ser verticales y con hielo y/o nieve fijo o cayendo.

No te apetece comer y te provoca nauseas hacerlo.

Algunos enferman y mueren y quedan a un lado de la calle mientras los otros pasan de largo porque no hay nada que puedan hacer.

Nadie te anima porque no tiene fuerzas para ello.

Otros caen y sus cadáveres quedan en el sitio, incluso puedes reconocer alguno de otras ediciones.

Nadie recoge los muertos.

A veces puedes tener que resguardarte en una pequeña tienda durante una noche y quizás te congeles.

Llegas a la meta y tienes que volver rápidamente antes de que te abandonen las fuerzas.

El retorno es tan azaroso como la ida.

Y me parecía duro correr...

2 comentarios:

  1. Nunca he leido libros de montañismo, pero los que lo han hecho siempre cuentan maravillas. Me los apunto.

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  2. Pues si son de tu propiedad, y no te importa prestarlos, aquí tienes a uno que te lo agradecería.

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