Fui a la tienda a recogerla, casi corriendo, por la prisa que sentía porque llegase el momento de encontrarnos. Al principio no me fijé en su presencia, ella me esperaba tranquila, majestuosa, apoyada junto al mostrador. Pero en cuanto la vi tuve que disimular mis nervios, porque me daba vergüenza que lo notase el vendedor.
Intercambié las instrucciones y comentarios básicos, y tras zanjar el pago salí escopetado. Quería sacarla rodando y no subirla al techo del coche, sin dignidad. "Deberías poner luces". Se me olvidaba, si las llevo en el bolsillo, los leds portátiles. Puestos. Por fin, a la calle, a pisar la acera.
Pedaleo con fuerza y noto que la bici avanza rápida, reaccionando en seguida. Pesa menos de 12 kilos, casi como mi bicicleta de carretera, y comparado con los 18 de mi vieja burra se nota... Por las calles del pueblo de Hortaleza, una reliquia dentro del municipio de Madrid, la cadena canta con alegría mientras la máquina toma velocidad.
El cambio, perfecto, un Deore, de mejor calidad que el 105 que monta mi otra flaca. Los platos son pequeños para lo que estoy acostumbrado (44 piñones el mayor frente a los 50 del compact de carretera) y por eso apenas me hace falta quitar el plato grande en todo el recorrido, muy cómodo. Y los frenos... Hidráulicos, como las motos. Que sensación tan rara, blandos pero con mayor frenada.
Eh, los tipos con pasta coleccionan coches, ¡los tipos con estilo bicis! Y yo ya tengo 4, juá.
Y sin darme cuenta, pedaleo y pedaleo en una noche con viento, saltando bordillos sin inmutarme, hasta llegar a casa. Me quito la chaqueta del traje, y estoy todo sudado por la emoción, he vuelto demasiado deprisa. ¿Quién no ha sido niño y ha disfrutado con su bici nueva? Yo hoy, a mis 40 y pico...
¿Cuatro bicis? Si tienes lugar donde guardarlas perfecto. Si llevo otra a casa (bicicleta se entiende) mi mujer me mata.
ResponderEliminarYa nos contarás que tal la Conor.
Mejor cuatro bicis que un deportivo y una aventura. Hay que vender la crisis de los cuarenta!
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