viernes, 25 de marzo de 2011

Volando en el Juan Carlos

Sí, este es un blog de correr de un corredor que no corre pero ya tampoco es corredor porque es triatleta pero tampoco ejerce. Quizás sea un blog de protestas sobre el mundo urbano o de quejas varias. Ya no lo sé.

Quizás sea una secuela desesperada del Señor de los Anillos en la que un acrecido busca tiempo para sus entrenamientos en un mundo plagado de orcos que vagan por el carril bici, el trabajo que absorbe el tiempo como el malvado Saruman y las eternas lesiones.

Hoy tocaba decidir si nadar o correr, ya que ayer me pusieron una comida (oh, vivimos en sociedad), y me decanté por montar en bici. No es mucho lo que puedes pedalear en 50 minutos de sesión de mediodía, pero me apetecía sacar la bici por los caminos mojados del JC1.

Y disfruté a mi placer por un parque vacío, con mayor fortuna que una chavala con la que me crucé de camino, que bajaba por la acera tan rápida que al encontrarse conmigo se asustó y acabó por los suelos. Si vas a esa velocidad, mejor entre los coches que entre los peatones, y siempre con casco.

Poco tiempo pero casi 21 Kms por un parque lo hacen pequeño, por muchas 200 hectáreas que tenga. Coroné los tres ochomiles: la pirámide, el juego de pelota y My Sky Hole, y bajadas a 40 kph. Diversión a raudales, de paso intentando alcanzar pulsaciones altas. Es mi asignatura pendiente en ciclismo, junto a la cadencia, no consigo llegar ni a mi umbral aeróbico. Vamos, que mi corazón se los toca pedaleando.

Y después de este rato, aquí no ha pasado nada, ducha, montar en la Dra Jeckill y tranquilamente a trabajar, dónde mejor que pasar la tarde del viernes que en la oficina, con plastilina y pretecnología...


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