jueves, 3 de julio de 2008

Un poco de medio fondo

Cuando empiezas a correr, piensas que esto es tan sencillo como poner un pie delante de otro y respirar un poco más rápido, y ni se te pasa por la cabeza que pueda tener mucha más miga. Más adelante empiezas a oír a los enteradillos que han hecho farlek, y te compras alguna revista y lees sobre las series, y ya hecho un profesional sabes interpretar tus pulsaciones, haces cuestas, pesas...

... y cuando crees que ya eres un experto corredor de fondo, de repente caes en la cuenta que hay una distancia que se llama medio fondo que no tiene nada que ver con maratones, medias ni las machadas que has estado entrenando machaconamente. Una distancia que requiere mucha técnica de carrera, mucha serie corta con largos descansos, y mucha táctica a desplegar en el escasísimo tiempo que dura un 200, un 400, un 800... planificando hasta por centenas de metros, y no digamos la confrontación por el dominio de la calle. Se te tambalea el mito del maratoniano en la cúspide del atletismo, cuando después de una serie corta rapidísima te ataca la tos del velocista, y te das cuenta de que estos tipos también sufren.

Hoy tuve un pequeño aperitivo de medio fondo. Tocaba calidad como todos los jueves, y después del calentamiento de rigor (poco había que calentar, pese a que las temperaturas nos han respetado un día más), completamos un 3 mil en 11:30, el último kilómetro en 3:30. Muy gallito, sacando pecho se me ocurrió tentar mi suerte (mi mejor marca en 1 km era 3:24), "¿qué, un mil a muerte?".
Y de repente me veo recibiendo un coaching en toda regla en la línea de salida por el maestro Rodrigo, experto mediofondista, Beni "Il Cavaliere", que corre las maratones al ritmo que yo los 10 miles, y Jorge, recién regresado del campeonato de España de veteranos de correr los 200, 400 y 800. No se pueden desear las cosas, porque se tiene el peligro de conseguirlas, y hoy te toca hacer el mejor kilómetro de tu vida.

Ay ay ay, esto tiene mala pinta, me van a llevar en volandas pero hay que sudarlo: Jorge, que está a mi lado en la línea de salida resoplando como un toro de lidia me acompañará todo el mil, y los demás el segundo 500. "En progresión. El primer 500 más lento que el segundo". "Los siguientes 300, en bajada, relajado pero tensando, para recuperar" (¿qué será eso de tensar?, me pregunto pero asiento muy profesional). "Los últimos 200, cuesta arriba, a muerte" (sí, y yo me cago en la malla). Se van Beni y Vicente y Jorge me dice: "vamos a hacer 3:19" (él va más que sobrao, pero sólo la idea de conseguirlo me hace reirme estúpidamente).

Salida. Dudo al pulsar el reloj y pierdo unas décimas de segundo. En la Rosaleda, una turista me obliga a esquivarla a 18 km/h. ¡Un poco más adelante ya llega el 500! 1:41, me parece ver u oír, voy concentrado en respirar y no parar y no me llega sangre a la neurona para pensar. Se incorporan los demás y me llevan a la silla de la reina: "déjale sitio, hay arena y resbala", "baja la cuesta recuperando, alarga la zancada", "tensa", "tensa más", "atención, a la altura de esas chicas, a tope", yo miro la cuesta arriba que conforma los últimos 200 metros y se me hace muy lejos, no voy a poder. Cambio de ritmo, ¡a tope! Ya sólo veo a Jorge a mi lado, va medio flotando, sin esfuerzo, y a mí se me sale el corazón por la boca. Pico el botón rojo: 3:17. ¡Gracias chavales! En estos momentos, me encanta correr.

2 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena! de nuevo.

    Si todavía no sabes lo que es tensar, ya lo irás aprendiendo, pero te adelanto que es un termino ciclista utilizado al menos por los ciclistas de mi pueblo.

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  2. me encanta tu blog !!

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