jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Sobreentreno?

Esta semana ha sido de todo menos tranquila, después de la machada de Canillejas. Si ésta ya fue una victoria pírrica que me dejó exhausto, las torturas que he padecido estos días no me han ayudado a recuperar. Siete cambios de 500 metros el martes (sub 3:30), un siete mil a 3:55 el miércoles, y ya reventado, el jueves dos series de siete trescientos. Tampoco debí haber ido a la consulta del dentista en bicicleta el miércoles por la tarde, a siete kilómetros de distancia.

El siete me habla... tiene que significar algo... 777... aquí hay una conspiración, sólo un número más que el de la bestia… ¿tendremos que buscar el secreto de los Templarios en el Retiro? ¿Estará enterrado ahí el Santo Grial? ¿Estoy en una secta que me ha abducido?

Ya fuera de teorías conspirativas, mi cuerpo se está resintiendo de las últimas competiciones y semanas de carga. Parezco un perro apaelado: me duele el abductor, el gluteo, la cadera, el talón; tengo sensación de piernas cansadas, rápidas subidas de pulsaciones a ritmos no muy elevados... quizás esté sobreentrenado, lo que es un obstáculo para obtener la deseada supercompensación. Es difícil aplicarse el consejo, pero este fin de semana me lo tomaré con tranquilidad: rodaje suave el sábado y sólo si me siento fuerte el domingo, algo de calidad. Ha ocasiones que descansar puede ser tan bueno o mejor como entrenar y esta parece una.

Y esto fue la crónica semanal del Retiro, donde casi todos los hombres son fuertes, las mujeres guapas y las pulsaciones bajo la media.

No hay comentarios:

Publicar un comentario