Asomó el hocico el invierno. El estanque que vigilan Martínez Campos y los muertos de la guerra de Marruecos intenta recubrirse de fino hielo, pese a que el sol brilla con alegría. Otra estación a punto que caer, otro año a punto de transcurrir. Y la vida pasando, pienso en una tierna conversación madre e hijo sobre el drama de asumir la brevedad del ser:
- ¡¡Máaaare, qui se me pasa mu rápido el agua del reló de la viiiida!!!
- ¡Ay quillo! ¡Via decil al pápa qui no te lleve a mercar y más a la escuela! No ses un reló de agua, se llama clepsidra, por que chora el tiempo, y mi arma, ya los dioses de los gregos esos parientes de las Grecas tinían invidia de los humanos por ser moltales.
Pues eso, corazones, pronto llegará el invierno y con él un año más, o menos, como se vea. Da igual, los corredores somos recios, y vamos ligeros de equipaje. Necesitamos pocas cosas para ver la vida con serenidad. Bastan varios pares de zapatillas adecuadas a nuestra pisada, de mallas, pantalones, camisetas de manga corta y larga, cortavientos, chubasqueros, pulsómetro, guantes, visera... Mejor, borremos esta última línea... repetimos.
Los corredores andamos ligeros de equipaje, y porque sentimos el corazón tronar en el pecho fuerte y espaciado, contemplamos el paso del tiempo con tranquilidad, y podemos detenerlo a nuestro antojo, si no que nos pregunten por la eternidad de un minuto en un 400. Qué triviales se ven algunas cosas... Hoy me decía un futinero, que me perdone por este malvado comentario, que estando resfriado no quería correr (sic) porque le daba miedo un jamacuco al corazón... ¡¡Máaareeeee!!
En fin, que me sacudí la caraja de la semana pasada, y con un orgullo más grande que el de los gueis, ayer me marqué yo solito mi mejor marca personal en el kilómetro (3:16), y hoy me batí el cobre con la flor y nata de los fondistas del Retiro, comprobando en 10 series de 400 que los entrenamientos de distancias cortas y largas son completamente distintos y nos capacitan para unas u otras. Nuevamente, mi admiración hacia la picardía y la potencia del mediofondo.
Y de cara al fin de semana, suerte a los compañeros que van a la maratón de Donosti (San Sebastián, in spanish) y a la Espada Toledana (no, no es un bar de Chueca, es un cross). Por mi parte, intentaré machacarme en el JC1 para no perder comba con los que compiten. ¡Buena caza!
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