jueves, 27 de noviembre de 2008

Existencialismo

Asomó el hocico el invierno. El estanque que vigilan Martínez Campos y los muertos de la guerra de Marruecos intenta recubrirse de fino hielo, pese a que el sol brilla con alegría. Otra estación a punto que caer, otro año a punto de transcurrir. Y la vida pasando, pienso en una tierna conversación madre e hijo sobre el drama de asumir la brevedad del ser:

- ¡¡Máaaare, qui se me pasa mu rápido el agua del reló de la viiiida!!!

- ¡Ay quillo! ¡Via decil al pápa qui no te lleve a mercar y más a la escuela! No ses un reló de agua, se llama clepsidra, por que chora el tiempo, y mi arma, ya los dioses de los gregos esos parientes de las Grecas tinían invidia de los humanos por ser moltales.

Pues eso, corazones, pronto llegará el invierno y con él un año más, o menos, como se vea. Da igual, los corredores somos recios, y vamos ligeros de equipaje. Necesitamos pocas cosas para ver la vida con serenidad. Bastan varios pares de zapatillas adecuadas a nuestra pisada, de mallas, pantalones, camisetas de manga corta y larga, cortavientos, chubasqueros, pulsómetro, guantes, visera... Mejor, borremos esta última línea... repetimos.

Los corredores andamos ligeros de equipaje, y porque sentimos el corazón tronar en el pecho fuerte y espaciado, contemplamos el paso del tiempo con tranquilidad, y podemos detenerlo a nuestro antojo, si no que nos pregunten por la eternidad de un minuto en un 400. Qué triviales se ven algunas cosas... Hoy me decía un futinero, que me perdone por este malvado comentario, que estando resfriado no quería correr (sic) porque le daba miedo un jamacuco al corazón... ¡¡Máaareeeee!!

En fin, que me sacudí la caraja de la semana pasada, y con un orgullo más grande que el de los gueis, ayer me marqué yo solito mi mejor marca personal en el kilómetro (3:16), y hoy me batí el cobre con la flor y nata de los fondistas del Retiro, comprobando en 10 series de 400 que los entrenamientos de distancias cortas y largas son completamente distintos y nos capacitan para unas u otras. Nuevamente, mi admiración hacia la picardía y la potencia del mediofondo.

Y de cara al fin de semana, suerte a los compañeros que van a la maratón de Donosti (San Sebastián, in spanish) y a la Espada Toledana (no, no es un bar de Chueca, es un cross). Por mi parte, intentaré machacarme en el JC1 para no perder comba con los que compiten. ¡Buena caza!

domingo, 23 de noviembre de 2008

Haciendo fútin en el Juan Carlos

Fin de semana de recuperación: con la sensación de sobreentreno, mis molestias varias ("lo mío"), y varios problemas logísticos, finalmente el único ejercicio ha consistido en un rodaje suave como el culito de un bebé el domingo. Vamos, que me han faltado los cascos, el móvil y la riñonera para ser un auténtico futinero. Por lo menos me ha desaparecido la molestia de la cadera.

Espero recuperar esta semana forma y ánimo con los compañeros del Retiro, aunque empiezo con mal pié, ya que el primer día de calidad estaré disfrutando de un compromiso laboral a las 3 de la tarde, un horario antiespañol y antipático para todo lo que no sea comida, siesta, juegos de naipes y si se tercia artes amatorias. Pero en fin, de algún sitio hay que sacar para pagar los carbohidratos y las zapatillas, y muy pocos privilegiados pueden vivir con dignidad de este deporte.

Y esta fue la crónica dominguera del Juan Carlos, donde los hombres no son fuertes, las mujeres no son guapas y el colesterol está muy por encima de la media.

jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Sobreentreno?

Esta semana ha sido de todo menos tranquila, después de la machada de Canillejas. Si ésta ya fue una victoria pírrica que me dejó exhausto, las torturas que he padecido estos días no me han ayudado a recuperar. Siete cambios de 500 metros el martes (sub 3:30), un siete mil a 3:55 el miércoles, y ya reventado, el jueves dos series de siete trescientos. Tampoco debí haber ido a la consulta del dentista en bicicleta el miércoles por la tarde, a siete kilómetros de distancia.

El siete me habla... tiene que significar algo... 777... aquí hay una conspiración, sólo un número más que el de la bestia… ¿tendremos que buscar el secreto de los Templarios en el Retiro? ¿Estará enterrado ahí el Santo Grial? ¿Estoy en una secta que me ha abducido?

Ya fuera de teorías conspirativas, mi cuerpo se está resintiendo de las últimas competiciones y semanas de carga. Parezco un perro apaelado: me duele el abductor, el gluteo, la cadera, el talón; tengo sensación de piernas cansadas, rápidas subidas de pulsaciones a ritmos no muy elevados... quizás esté sobreentrenado, lo que es un obstáculo para obtener la deseada supercompensación. Es difícil aplicarse el consejo, pero este fin de semana me lo tomaré con tranquilidad: rodaje suave el sábado y sólo si me siento fuerte el domingo, algo de calidad. Ha ocasiones que descansar puede ser tan bueno o mejor como entrenar y esta parece una.

Y esto fue la crónica semanal del Retiro, donde casi todos los hombres son fuertes, las mujeres guapas y las pulsaciones bajo la media.

martes, 18 de noviembre de 2008

Alerta Zombie en Madrid

Siempre me han gustado las pelis de zombies, especialmente esas donde solamente sobreviven unos pocos humanos que toman todo lo que necesitan de supermercados y arsenales y subsisten escondidos esquivando tan aviesas criaturas (p.e. El Hombre Omega con Charlton Heston, Amanecer de los Muertos de George A. Romero). Lo que he ido observando es que según evoluciona la cinematografía, los zombies son cada vez más rápidos (en 28 Semanas Después corren más que la cabeza de la San Silvestre) y más inteligentes (en Soy Leyenda, hasta ponen trampas).

Pues bien, la evolución continúa y ya están entre nosotros, porque he descubierto que Madrid por la mañana está lleno de zombies. No corren, sino que conducen coches, y yo lamentablemente no tengo ningún arma y voy más despacio que ellos en mi bicicleta, en la que cada día intento llegar a la migración del Serengueti en un tiempo razonable.

Por lo general si te mueves sigiloso y no les importunas no suelen molestarte, salvo que deseen apropiarse del espacio ocupas o vayas a ocupar en décimas de segundo. En ese momento sus cerebros inanimados desatan toda su furia y lo toman, sin sentimientos ni remordimientos, pese a estar a punto de quitarte la vida en el intento.

Y cada día es una aventura en esta ciudad de muertos vivientes, donde la educación desapareció hace mucho tiempo. Ayer un zombie decidió hacerme detener en seco para entrar a su garaje, hoy otra zombie se saltó un paso de cebra a centímetros de mi rueda y encima levantó su muñón descarnado en lo que podría ser un atisbo de su extinta educación; las señales, los pasos de cebra no existen en sus neuronas resecas. En unos segundos el pulso se acelera, el corazón late con fuerza, “no, esto no puede estar pasando”, y tras la crisis pronto termina el ataque. ¿Cuándo llegará el siguiente? Tened cuidado, los zombies acechan, están en todas partes, en las calles, las tiendas, las carreteras... Incluso alguno puede estar leyendo ésto… ¿eres tú uno de ellos?

domingo, 16 de noviembre de 2008

XXIX Trofeo José Cano, vulgo la de Canillejas

Canillejas es muy popular, ya que tiene muchos adeptos y muchos detractores. A mí de esta carrera sólo me gusta el horario (empieza a las 11:30 y no hay que madrugar, como nos tiene acostumbrado nuestro ayuntamiento) y el perfil, algo menos escabroso que el resto de recorridos de Madrid. Un par de cuestas no muy duras y el resto en bajada.



Por lo demás, podría enumerar varios motivos para no ir: el acceso es muy antipático (la salida está a dos kilómetros de la boca de metro más cercana y a cuatro de la meta), la bolsa del corredor es propia de un eremita (por los 15 euros, una camiseta de algodón de la misma talla para todos, y un souvenir), y hoy en concreto, caos en la recogida del guardarropa.

También, comparada con otras, no hay tantas inscripciones (6.500), pero a mí siempre me ha agobiado la salida, en menos de un kilómetro los seis carriles del inicio se comprimen en dos y todo el mundo se pone de los nervios (sube y baja de aceras, entre los coches aparcados...)

Hoy. La mañana se levantó magnífica, un día limpio y soleado, que no caluroso, para poder correr cómodamente en manga corta. Mi actuación, españoles, no me llena de orgullo y satisfacción, y no por la marca, que ha sido buena (38:28, seis minutos menos que mi última Canillejas en 2006), ni por haber bajado por cuarta vez consecutiva en esta distancia.

Al contrario que en las anteriores, no he tenido la sensación de controlar la carrera, la salida me ha descentrado un poco y me ha marcado un ritmo demasiado rápido que he intentado sin éxito mantener. Por otro lado, estaba convencido de poder hacer un mejor tiempo en un circuito más favorable, quizás ya me pasan factura tantas competiciones. Esperaré a la última carrera "seria" de la temporada, Aranjuez, para intentar rondar el 38, antes de retirarme a los cuarteles de invierno y las carrerillas populares propias de Navidades.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Esto no puede ser bueno

Se abren las puertas del cercanías en la estación de Recoletos, y un rebaño informe de empleados acicalados se derrama de los vagones para completar su trashumancia diaria. Los túneles se llenan del sonido ensordecedor de sus tacones, que como pezuñas golpean las baldosas con un ruido seco que retumba fantasmalmente en las paredes, mientras la masa avanza rápida rellenando todo el espacio disponible ante ellos. Unos más ligeros zigzaguean esquivando otros ejemplares más lentos; otros corpulentos trepan con potencia las escaleras, optimizando sus cinco minutos de ejercicio diario; otros torpes se cruzan sin sentido; los menos han tenido la mala suerte de llevar dirección contraria y se acurrucan contra una esquina o escurren por un lateral para evitar ser arrastrados.

Sólo falta el río Grumeti para que uno visualice el salto de la gran migración de ñus en el parque del Serengeti, y aquí llega: los tornos de salida. Los homos oficinalis se agolpan contra las puertecillas, que parece que no dan abasto, y milagrosamente, la ola humana se pulveriza en una nube de vapor inofensiva que se pierde por las escaleras hacia la calle. Arriba, la luz y el frío calma el pánico desbocado de la manada, o lo disimula, y en cuanto llego al mundo exterior, espiro aliviado y trato de componerme. Este estrés hay que echarlo fuera, y pienso feliz que en unas pocas horas podré correr y pastar en libertad en la Reserva del Retiro, donde todos los hombres son duros, las mujeres guapas y las pulsaciones por debajo de la media.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Los lunes al sol

Hoy hizo un día estupendo, temperatura fresca, cielo limpio y el sol calentando con cariño contenido, lo suficiente para agradar pero sin agobiar. Así, como una lagartija esperaba estirando al resto de la manada, cuando una cara conocida se dirigió a mí. “Un día magnífico”, comentó afable. “Sí”, le agradecí las palabras, “todos son buenos para correr, solamente distintos” (leído ahora me suena un poco a filosofía barata, aunque creo que en la conversación sonó hasta simpático).

Sincerándome, lo decía un poco con la boca chica, porque después de “disfrutar” de las frías y brumosas mañanas del fin de semana junto al Canal del Duero he agradecido la clemencia del mediodía de hoy. Por cierto, dejando de lado la estética del otoño en tan bucólico entorno, un fin de semana bastante duro, 33 kilómetros en dos días incluyendo un 6 mil a ritmo rápido el sábado y 5 series de kilómetro el domingo, éstas últimas con un flagelante objetivo de 3:30 y un discreto resultado de 3:37 de media. Para el registro, una semana de 80 kilómetros, con el mérito de ir absorbiendo en las piernas el fuerte cansancio provocado por los desniveles de la carrera del domingo pasado.

Después de este interludio social, recuento de bajas en las filas, los cientos del jueves han ocasionado más de una molestia en abductores, muy típico de las series cortas ejecutadas o demasiado rápido, o demasiado en frío, o con muchos años (éstos nunca son demasiados). El resto, a trotar un rodaje “degenerativo”, porque nuestros camaradas entrenando media y maratón nos han contagiado de su engañoso ritmo suave y hemos completado el 10 mil en poco más de 45 minutos. Más estiramientos al sol, y de vuelta al tajo.

Y esta fue la crónica del Retiro de hoy, donde siempre ocurren cosas y lo único que pasa es el tiempo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

¿Cienes o cientos?

Los días de rodaje son los más amenos para correr apandados, porque conservamos el aliento suficiente para malgastarlo en la revisión de paradigmas variados que denotan lo profundo de nuestra sensibilidad más arcana. Llámalo lo divino y lo humano, las flores y los pájaros, o lo Unico.

Pues hoy ha brotado un importante debate entre los machos alfa que hollamos a diario los caminos del Retiro, no precisamente relacionado con el cambio de color de la historia y demás juegos de palabras de la prensa sobre la transición de poder en esa joven república, que se independizó de la pérfida Albión porque no le gustaba el té.

El dilema es: ¿mañana hacemos cienes, o hacemos cientos? Desarrollando un poco la cuestión, no terminamos de ponernos de acuerdo si las terribles 30 series de 100 metros que nos esperan agazapadas en el próximo asalto son de unos u otros. Esta discrepancia no surge a menudo, porque hay unanimidad en que los 400 son cuatrocientos, y no cuatro cienes, y tampoco solemos hacer series tan cortas.

Para dirimir el asunto he acudido al Diccionario Panhispánico de Dudas de la RAE (antes de que nadie me tache de repelente pedante, traducido al cristiano es “lo he aporreado en gúgel”), y he encontrado lo siguiente:

Ciento. 2. Usado como sustantivo para designar el número correspondiente…en la lengua actual se prefiere claramente la forma apocopada cien…Sólo se mantiene hoy el uso de la forma plena ciento en locuciones, frases hechas y refranes, así como en la expresión de los porcentajes…No existe el plural cienes, salvo para hacer referencia al guarismo...

Vamos, que no saca mucho de dudas. No obstante, parece que se pueda interpretar de las dos formas, ya que las series de cienes harían referencia a la diabólica cifra que nos espera y de cientos a los metros que recorreremos.

Por mi parte, me sigo quedando con los cientos: me importa poco lo que prefiera la lengua actual y mucho la mía, voy a correr cada uno de esos metros, y no a pintar unos números en el suelo ni en una metáfora. Pero cada uno que elija lo que más le guste, en esta cultura materialista mediática mimética moderna y multinacional en la que vivimos cada cual es libre a su entender de agredir al idioma, y lo que surja.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Oscurosclaros de la Carrera Popular BBVA

Una estupenda mañana para correr, fresca y pinteando en ocasiones pero sin mucho viento. Un montón de camisetas azules, disparo de salida y allá que fuimos, un primer kilómetro para arriba y cinco más prácticamente cuesta abajo, y desde ahí unos toboganes empinados, de los que rompen el ritmo.

La estrategia es sencilla de establecer y difícil de seguir, no acelerarse demasiado bajando y mantener en las subidas. En parte lo he conseguido, el tercer kilómetro (el más rápido) he ido a 3:30 y el más duro (el séptimo) a 4:14. Eso te obliga a ser paciente, dejar que te adelanten cuesta abajo e intentar cazarlos cuesta arriba, como los Zipi y Zape escapando de Don Pantuflo, en mi caso metiendo la marcha corta maratoniana, acortando zancada y aumentando frecuencia.


Y estos rifirrafes han durado hasta bien entrado el octavo kilómetro, cuando oh, dulce solidaridad, nos hemos hermanado con los que llegaban a meta en la carrera de 5 kilómetros paseando tranquilamente. Mala previsión la de juntar corredores que llegan a cuchillo en el último kilómetro de un 10 mil con los que corren un 5 mil a 8 minutos/km. Eslalom sobre pista, neutralización de la carrera, y lo peor, caos en la entrada: en la última recta a meta he tenido que saltar una valla, ya que me iba detrás de los lentos de la carrera de diez, sin haber visto ningún voluntario que avisase de la meta.

Lo mejor, cuando el caballo de Espartero me hizo un guiño desde el pedestal, por mis 38:48 en el diez mil. El tiempo final hasta el pico de la carrera me parece irrelevante, no me gustan nada los recorridos con distancias exóticas no comparables a otras carreras. Mañana, a recuperar al Retiro, curar las heridas y como nos gusta a todos los corredores, criticar con avidez la organización.