domingo, 28 de septiembre de 2008

I Carrera Perfecta Nissan. Y mía.


No sabía el lunes pasado que esta semana iba a sonar dos veces la flauta: me tocaron 1o mil duretes de los de antes en la primi, y sin tenerlo previsto cubrí mi objetivo para 2008 en la Ferpecta de esta mañana.

Muy simpático el trayecto en metro, recogiendo en cada estación gente con la camiseta roja de la carrera y llenando los vagones de deportistas camino a la Meca del Retiro. Hoy corríamos en casa, y nos permitimos el lujo de quedar en el árbol donde empiezan las series los días de calidad, ése que está marcado con una estrella y muchos sudores.

Un ratillo de rodaje por nuestros caminillos de todos los días, y una vez más a colarnos en el cajón de los buenos, porque eso de estar en la línea de salida justo detrás de Abel Antón no está muy bien ¡pero mola! También al lado, Martín Fiz y Chema Martínez, en hueso (carne poca).

Petardo de salida, y allá que voy, tomo el lateral rápidamente para no molestar a nadie (no así ha opinado uno que iba esprintando, no sé si habrá quedado tercero o cuarto o ha despegado). Sin darme cuenta, estoy en Alcalá en 3:38 y decido bajar un poquito, pero no mucho, ya que es cuesta abajo y a mí me han enseñado que toca "tensar". Primer 3 mil a una media de 3:51, fugaz pero bella la bajada por la puerta de Alcalá, y la Cibeles, ¿quién se la ha llevado de ahí que no la he visto?

Sol, Palacio Real, otra vez Sol, y otro 3 mil que cae al mismo ritmo. Ummm, esto tiene buena pinta, pensaba, no estaba previsto en el guión, ni siquiera he dormido más de cinco horas anoche y si no reviento voy a bajar de 40... pero, y ¿las cuestas?

Llegada a Moyano, algunos libreros abiertos, y también el señor del mazo, tengo que bajar el ritmo deseando trepar como sea esa pared. Toma cuesta. Y a subir hasta menos de un kilómetro de la meta, y restan tres. Miro el reloj y dentro de las limitaciones de tener el cerebro sin riego, que está ocupado en echar una pierna detrás de la otra, decido mantener para poder apretar el último kilómetro, allá donde terminan nuestros tres miles en el Retiro, perdiendo en el peor de los casos lo ganado los primeros 6 mil y jugándomela en el último.

No hace falta, cae otro tres mil a 4:06, pero ¡ya estamoooooos Paseo de Coches! Tiro lo que puedo, y cuando creo que voy pisando huevos ya diviso la meta... último mil en 3:49, y estupefacto, miro mi tiempo en mi muñeca, 39:13.9. Yas didit. Fuegos artificiales, Martín y Abel y el Sursum Corda me sacan en hombros, Miss Madrid me trae un acuarius en una bandeja, y flotando salgo de allí... puede que los últimos momentos no hayan sido exactamente así, pero no hubiera podido sentir otra sensación diferente. Definitivamente, la media de Valladolid me puso como un torete... cómo me gusta correr, y cómo me gustan las cosas que se ganan con esfuerzo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario