Frío en la calle y frío en el parque, varios bajo cero por la mañana y pocos más al mediodía. Quién le iba a decir al pobre Martínez Campos, que con lo que pasó en Africa y Cuba, iba a pasarse la eternidad sobre un estanque congelado. Y por si la vuelta al cole fuese poco dura, un cartel en la Chopera: "Machos Only", que en español significa "No hay agua caliente". Ni un segundo de duda, aquí se puede perder la forma pero no la compostura, y palante.
Poco a poco, se reunen todos los parroquianos, han acudido a la inauguración desde los machos alfa que llegan al olor de la sangre de la calidad de cada jueves hasta los curiosos férricos, juntándonos un grupo numeroso de una docena. ¿Y hoy qué toca? Oregones. Pufff, yo que quería un rodaje de charleta... ha habido lo justo para calentar, intercambiar los tiempos de las últimas carreras y preguntar por vacaciones (los entrenos, claro) y lesiones.
Otro día explico con detalle en qué consiste el Oregon. Resumiendo es un ejercicio en parado (rodillas al pecho, fondos, saltos...) seguido de una carrera de 100 metros, y una serie fuerte más larga al final. Después de las sentadillas las sonrisas y las ganas de charla desaparecen, y no te cuento después del 600, que era lo que tocaba hoy. Vamos a por el segundo. Este duele un poco más, demasiado turrón y salidas nocturnas estas navidades. Pronto llega el segundo 600, puf, ni de coña mejoro el anterior, hay que ver lo que se puede perder en una semana... pero ya está.
De vuelta al vestuario, ducha de agua fría (literal, no metafórica, que no ha sido para tanto), y para el curro, a ganar el dinero para zapatillas.
Y ésta fue la crónica del Retiro, donde los hombres son fuertes y hoy, por encima de la media.
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