O más bien ventisca. Impone un poco salir a correr bajo la nieve, especialmente si los telediarios no dejan de bombardear con los muchísimos bajo cero de allende los Pirineos. No digo que no sea peligroso para la circulación, pero no para la sanguínea. En una marquesina marcaban +3º, lo que no es excesivamente frío, una vez que el cuerpo entra en calor con esa temperatura sobran hasta los guantes. En cierta ocasión alguien me preguntó si cuando había varios grados bajo cero no se podrían congelar los pulmones; quizás fuera familiar del tipo que me cruzo corriendo con un paraguas abierto.
Por eso, hoy con retraso tocaba disfrutar de paisaje navideño. Lo que sobraba era el dios Eolo soplando fuerte, el muy cabroncete reteniéndome mientras divertido me escupía cristalillos de hielo a la cara. Pero a mí y a los otros tres que nos hemos saludado con complicidad en el JC1, plín. Mucho peor aún es tener que volver en bicicleta al trabajo después de la ducha caliente, otra vez bajo la nieve.
Y esta fue la crónica del Juan Carlos de hoy, donde los corredores son duros y los triatletas, sobre la media.
¿Quién dijo miedo?
ResponderEliminarViva el chaca-chaca del crujir de la nieve. Yo también salí a correr y no tenía sensación termica de frío, ... puede que estemos mutando genéticamente para esto.
ResponderEliminary lo que mola volver a casa desetresado después de rodar una hora, lo único que cuando he llegado a casa el gorro estaba blanco con escarchilla.
ResponderEliminarSi en la meseta no sales por frío no saldrías hasta junio